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«ETA teme como a la peste no estar en las elecciones»

El director del Euskobarómetro y doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Deusto no termina de creerse el último alto el fuego de ETA.

el 11 sep 2010 / 18:52 h.

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El catedrático Francisco Llera, en la Universidad Pablo de Olavide, en Sevilla, en junio de 2009.
-¿Se cree el alto el fuego de ETA o cree que han decidido guardar las armas por las continuas detenciones y la falta de infraestructuras de la banda?
-Creo que es una parada táctica, aunque forzada por su debilidad operativa y por la crisis interna de su movimiento. Responde a sus necesidad de reorganización, a la cohesión de su mundo sociopolítico en torno al llamado polo soberanista y a su intento de internacionalización del conflicto.
-¿Lo esperaba?
-Creo que estaba cantada y, además, calculada y prevista por la organización en sus documentos internos desde hace bastante tiempo, al compás de lo que ellos llaman la acumulación de fuerzas soberanistas.
-¿Estamos ahora más cerca del fin de ETA?
-Sin duda alguna. Pero será posible si somos capaces de combinar unidad y firmeza, sin dejarnos liar por sus tácticas de propaganda y distracción.
-¿Y dejará ETA definitivamente las armas sin contraprestación política?
-Lo tendrá que hacer, por las buenas o por las malas, si cumplimos el requisito anterior.
-¿Qué opinión le merece lo del proceso democrático que plantean los terroristas?
-Es su vieja cantinela. Lo triste es que haya mediadores internacionales que les hagan el juego. Estamos en una democracia plenamente consolidada, cuyas reglas tiene que aceptar todo el mundo si quiere jugar a hacer política. Todos los totalitarios que ha habido han hablado de democracia, aunque a su manera, claro.
-¿Usarán los terroristas este periodo para volver a organizarse si las Fuerzas de Seguridad bajan un poco la guardia?
-Por su puesto, de eso se trata. Pero, no creo que nuestras instituciones estén en esto, como han afirmado con rotundidad los máximos representantes de los Gobiernos vasco y de la Nación.
-¿Y cree que el Gobierno de la Nación ha podido estar detrás con alguna negociación?
-No creo que haya ninguna negociación.
-¿Qué puede tener ETA en la cabeza para no abandonar definitivamente las armas?
-Forzar la negociación política y mejorar la posición de su movimiento sociopolítico en el seno del nacionalismo.
-¿Qué significaría para ETA y todo su entorno no tener representación política en los ayuntamientos, Parlamento y diputaciones?
-La puntilla final, a la que temen como la peste.
-La izquierda abertzale sólo ha tardado dos días en exigir estar en los próximos comicios. ¿Sería positivo para la paz o un gran paso atrás?
-Esto ya estaba en la declaración previa de la izquierda abertzale. Las condiciones están claras y rebajarlas sería un traspiés. Los únicos que están en guerra son ellos. Sólo tienen que aceptar las reglas y rechazar la violencia. Más fácil, imposible.
-Imagino que estará o ha estado estos días en el País Vaco. ¿Qué se dice en la calle fuera de los organismos públicos y políticos?
-Escepticismo, como en nuestra última encuesta de mayo. No se olvide que acabamos de sufrir la kale borroka hace unos días.
-¿Y en el País Vasco cómo siguen las cosas? ¿Funciona el pacto que echó a los nacionalistas del poder?
-A pesar de la crisis económica, van razonablemente bien.
-Los datos de los últimos Euskobarómetros reflejaban una baja popularidad del lehendakari? ¿A qué se debe?
-No hay tal bajada. Lo que sí hay es un contexto generalizado de crítica a la clase política, pero esto no es exclusivo tan sólo del País Vasco.
-¿Seguirá esa tendencia a la baja o remontará el vuelo?
-Pronto empezaremos a ver los resultados de una buena política de integración, moderación, diálogo y firmeza.
-Por último, ¿están los ciudadanos contentos con Patxi López o se conforman con que haya conseguido desalojar al PNV de Ajuria Enea?
-En una sociedad tan plural y confrontada como la vasca, hay de todo. Yo diría que en estos momentos la mayoría de la ciudadanía está a la expectativa.

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