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Ethan Hunt vuelve al cine

De nuevo producida por Tom Cruise,  vuelven las aventuras más imposibles en esta cuarta entrega de la saga.

el 16 dic 2011 / 10:41 h.

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El accidente mortal se produjo en la calle Juan Pablo II, en Tablada.

Con la firme esperanza de recuperar parte del tirón que ha perdido con el paso de los años (y que podríamos resumir brevemente en dos frentes: su vida personal, con las desafortunadas declaraciones de amor a Katie Holmes y a la cienciología; y sus poco acertadas decisiones artísticas, implicándose en proyectos como Noche y día o Leones por corderos, que se quedaron lejos de ser taquillazos), Tom Cruise  regresa a una franquicia que, al menos hasta la fecha, nunca le ha fallado.

PRIMERA MISIÓN: DE PALMA

Basada en la famosa serie de televisión del mismo título (emitida originalmente en Estados Unidos entre 1966 y 1973), trasladar Misión imposible era un proyecto que llevaba años dando vuelta por los estudios de Hollywood a la espera de que alguien tuviera la audacia de querer llevar a la gran pantalla un formato que, a priori, era demasido similar al de otra franquicia de espias mucho más longeva: la de James Bond.

Finalmente, impulsado por Cruise en su doble faceta de productor y actor, Misión imposible vería la luz en 1996 de la mano de un cineasta capaz de imprimirle sólida personalidad a lo que podía haber terminando siendo un filme de acción más al uso.El encargado fue Brian de Palma que para la ocasión se desvistió en cierto modo de las muchas influencias hitchcocknianas que hasta entonces habían adornado su trayectoria para dar con una cinta dirigida de forma modélica (la set piece del tren de alta velocidad sigue siendo sorprendente) y que Cruise interpretaba con su habitual efectividad. Resultado económico: 456 millones de dólares para una inversión de 80 millones.

SEGUNDA MISIÓN: WOO

Con el inmenso éxito acumulado por la primera entrega, la maniobra comercial era evidente, había que convertir a Misión imposible en una franquicia.

Con la clara idea de cambiar de director con cada nueva entrega, Cruise (y su socia Paula Wagner) decidían que aquel que llevaría las riendas de la segunda entrega debía estar a la altura (al menos sobre el papel) en cuanto a personalidad, recayendo la responsabilidad final en un John Woo que hizo lo que pudo con un guión que hacía aguas por todas partes.

Por todos recordada como la película que se atrevió a mezclar la Semana Santa sevillana con las Fallas de Valencia, Misión imposible 2 fue un exceso en todos los sentidos, abusando Woo de sus cliches como director (la cámara lenta y las puñeteras palomas) hasta lo indecible, aunque eso no pareció importarle a la taquilla.Resultado económico: 565 millones de taquilla para una inversión de 125 millones.

TERCERA MISIÓN: ABRAMS

Dada la pésima calidad artística de la segunda entrega, muchos dudaban de si Cruise volvería a meterse en la piel de Ethan Hunt, dudas que quedaron resueltas en 2006 cuando el actor estrenaba la tercera parte de la mano de uno de los nombres más relevantes en el Hollywood actual, el de J.J.Abrams, creador, entre otras, de la grandiosa Perdidos.

Debutando en la dirección para la gran pantalla, Abrams demostraba un talento sin igual, convirtiendo a Misión imposible 3 en la mejor entrega de la saga al menos en cuanto a dirección se refiere (el guión, sobre todo su amilbarado final, son cosa aparte). Paradójicamente, fue la que peores números ha obtenido en taquilla.
Resultado económico: 395 millones de taquilla para una inversión de 150 millones.

CUARTA MISIÓN: BIRDY

Llegamos así a este Protocolo fantasma, un filme para el que Cruise ha vuelto a elegir a un director novel (al menos en el terreno de la imagen real) con un importante bagaje en el mundillo y tres obras maestras del cine de animación a sus espaldas. Compartiendo cartel con Jeremy Renner, Paula Patton, Tom Wilkinson y Simon Pegg entre otros, en esta ocasión el equipo de Misión imposible tendrá que enfrentarse a una persecución implacable cuando el gobierno reniege de ellos. Resultado comercial: a partir de mañana lo sabremos.

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