El Gobierno francés sigue recibiendo críticas a su política de deportación del colectivo romaní. Ayer la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia (ECRI) del Consejo de Europa aseguró que "en las últimas semanas las declaraciones de responsables de alto rango, además de las acciones llevadas a cabo por el gobierno" francés "han estigmatizado" a los gitanos de origen extranjero en ese país.
El ECRI denuncia que los integrantes de esa comunidad "se presentan colectivamente como autores de infracciones penales". De hecho, ese organismo del Consejo de Europa se muestra "profundamente preocupado por el trato que reciben actualmente los romanís inmigrantes en Francia". Y es que ya en 2005 el ECRI recomendó a Francia que respetase "los derechos sociales de los romanís en materia de vivienda, de salud y de acceso a la educación".
Con una mirada más amplia, el Consejo de Europa considera que "el antigitanismo, que constituye una forma de racismo, debería combatirse de manera eficaz en todos los países europeos". Es necesario, según este organismo, desarrollar programas para atender "las verdaderas necesidades de los grupos señalados" y evitar la marginación de los romanís.
Por último, el ECRI puntualiza que tanto "las políticas gubernamentales como las proposiciones de ley que tiene por base una discriminación fundada sobre el origen étnico son inadmisibles" y van contra el conjunto de obligaciones de los países del Consejo de Europa.
Para abordar el problema, el secretario de Estado de Rumanía encargado de la reinserción de gitanos, Valentin Mocanu, y el secretario de Interior, Valentin Fatuloiu se reunirán hoy en París con los ministros galos de Interior, Brice Hortefeux, y de Inmigración, Eric Besson.
