Buena parte de los grupos políticos de la Eurocámara criticaron ayer duramente las expulsiones de gitanos rumanos y búlgaros decididas por el Gobierno francés y atacaron a la Comisión Europea (CE) por lo que consideran una respuesta demasiado tibia.
Socialistas, liberales, verdes e Izquierda Unitaria aprovecharon el debate celebrado en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia) para dejar clara su oposición total a la política de deportaciones que defiende el presidente francés, Nicolas Sar¬kozy, y para exigir a la CE que se pronuncie claramente sobre la legalidad o ilegalidad de la misma.
La comisaria europea de Justicia, Viviane Reding, explicó que los servicios jurídicos de la Comisión se encuentran en pleno análisis de las expulsiones y que, por tanto, la CE no puede dar una opinión definitiva sobre el asunto. En caso de que el estudio de Bruselas detectase una violación de las normas europeas, Reding aseguró que no dudará en actuar contra Francia o contra cualquier otro país, y recordó que ya se han pedido aclaraciones a París ante ciertas dudas en cuanto a las garantías en el procedimiento de las repatriaciones.
Reding expresó además su preocupación por la "retórica" que ha podido oírse en Francia y otros países en torno a los gitanos y subrayó que la libre circulación de personas, la igualdad de trato y la no discriminación son derechos fundamentales en la UE.
Si bien, la comisaria hizo la mayor parte de estas consideraciones en su segunda intervención, después de escuchar duras críticas a la respuesta de la CE por parte de numerosos eurodiputados. "Estoy profundamente decepcionado escuchando hoy -por ayer- a la CE", señaló en nombre del grupo socialista Hannes Swoboda, que llamó al Ejecutivo a asumir su "responsabilidad" ante unas expulsiones que para la segunda fuerza de la Cámara violan la legislación comunitaria.
Más duros se mostraron aún los liberales tanto con la CE como con Francia, a quien acusan de "aprovecharse de la vulnerabilidad" de la comunidad gitana y de actuar con "cinismo" hablando de retornos voluntarios.
Por la mañana, el presidente de la Comisión, José Manuel Du¬rao Barroso, había lanzado una advertencia a los gobiernos para que garanticen el respeto de las reglas europeas y no caigan en el racismo y la xenofobia, sin mencionar explícitamente a Francia.
Un buen número de diputados acusaron ayer a Sarkozy de utilizar a la comunidad gitana co¬mo "chivo expiatorio" para tapar sus propios problemas políticos y advirtieron ante las consecuencias que su política puede tener en otros países.
Mientras, la mayor parte de los parlamentarios que intervinieron en el debate por parte del Partido Popular Europeo (PPE) -familia política de Sarkozy- denunciaron que el asunto de los gitanos se está usando como arma política contra el presidente galo.
El grupo conservador insistió en la necesidad de una estrategia global para la integración de la comunidad romaní en Europa, tal y como defiende en su propuesta de resolución de cara a la votación que la Eurocámara celebrará mañana sobre el asunto.
De momento, la CE anunció la creación de un grupo de trabajo para evaluar el uso que hacen los estados miembros de los fondos sociales comunitarios para mejorar la situación de los gitanos.
Durao Barroso también se refirió ayer a la situación económica y aseguró que la recuperación se acelera en Europa por lo que invitó al optimismo en el estreno del debate sobre el Estado de la Unión, en el que ha fijado el paro como la principal preocupación del Ejecutivo comunitario. "Las previsiones económicas en la UE son hoy mejores que hace un año. Europa ha demostrado que se mantendrá en pie", subrayó Barroso. El presidente de la CE hizo una extensa defensa de las medidas adoptadas por la UE ante la crisis y recordó que "aquellos que predijeron el fracaso de la Unión, se han equivocado".
Buena parte de los grupos, sin embargo, acusaron a Durao Barroso de no ser lo suficientemente firme ante los gobiernos nacionales y de ser incapaz de frenar una política europea dirigida por Francia y Alemania.
