Desde hace bastantes fechas se están lanzando proclamas que no están relacionadas con los hechos. Desde la presidencia, para levantar los ánimos de los aficionados, se dice: "Si ganamos los próximos nueve puntos estaremos peleando por Europa". Pasan los partidos y no se logran los puntos para engancharse al vagón europeo. Llega la decepción porque el equipo queda eliminado de la Copa del Rey y viéndose más por abajo que por arriba solo tiene la Champions, cuyo objetivo final, visto lo visto en cuanto al rendimiento, parece un objetivo inalcanzable.
En Getafe
La última decepción llegó el pasado sábado en Getafe. Tras un mal partido, plagado de errores en defensa y ataque, llega al último minuto de juego en el que Dragutonovic salva con su cabezazo al menos un punto al alcanzar el empate a dos tantos. Lo inconcebible viene en el tiempo de descuento, cuando los de Michael Laudrup gozan de ocasiones, una fallada por De la Red solo ante De Sanctis y en la jugada anterior al pitido final una falta que llega al corazón del área la remata sin oposición Contra alcanzando la victoria los getafeños. Derrota de las que duelen y dejan huellas.
Sin excusas
Los dirigentes han de tener un pulso firme y sereno para reconducir esta situación en estos momentos. Los técnicos deben saber dónde están los males de este equipo, porque aludir a Antonio Puerta, Juande Ramos y a la ausencia de Keita y Kanouté por la Copa de África ya no tiene sentido, cuando se han gastado muchos millones de euros en hacer una gran plantilla para esta temporada. La Europa futbolística parece una quimera en estos momentos y solo cabe pensar en la Champions para salvar una temporada que empezó mal y al día de hoy nadie es capaz de enderezarla.
