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Eva Lindberg encuentra el amor eterno

Una fotógrafa gaditana fuera de serie ha llenado las escaleras de La Casa del Libro de imágenes de un lugar precioso: su propia alma. La exposición se titula ‘Lost mind of mine’ y habla de miedos, de huellas, de búsquedas... y de hallazgos.

el 16 ene 2012 / 19:46 h.

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Cuando era pequeña, Eva hablaba muy poco y muy bajito, y antes de dirigirse a alguien le daba unos toquecitos con el dedo en la espalda, como pidiendo la venia. Cualquier otro habría dado por normal esa rareza, atribuyéndola al hecho insólito (y de resultados forzosamente sorprendentes) de combinar los cromosomas de un capitán de navío español y una sueca amante del arte, aleación que necesariamente conduce al desapego emocional y que en este país sonaba a cosa casi mitológica. Pero don Francisco, su profesor, encontró en esta aparente timidez un formidable tesoro: una especie de rebeldía frente al estruendo del mundo, tan vocinglero como desaprensivo y hueco. Así que le dedicó un cuento que tituló Pepe Sinvergüenza y que ella acabó perdiendo en algún lugar entre Cádiz y Linköping, la quinta ciudad más grande de Suecia (la cuarta, cuando está Eva), extremos habituales de sus mudanzas desde los nueve años. Pero lo que no perdió por el camino fue la razón que dio pie a dicho relato: ese insólito talento suyo para susurrar gritos, para hacerse notar en el silencio, que desde entonces hasta hoy, con 29 años ya, la ha ido convirtiendo en una artista inmensa. Primer resultado de lo cual es esta exposición fotográfica titulada Lost mind of mine que se puede visitar en La Casa del Libro de Sevilla, y donde Eva Lindberg (con un ‘González' intermedio omitido) resume los últimos 365 días de su vida. "Todo un año de cambios, de desamores, de retos, de pruebas, de superaciones, de desesperaciones, de recuerdos, de huellas que me han dejado tan marcada y que a la vez me han enseñado tanto..."

Anteanoche, en su casa, escuchando Entre dos aguas de Paco de Lucía, Eva hacía balance de las vueltas que lleva dadas y de cómo, gracias a ellas, acabó haciendo prácticas en La Voz de Cádiz y asistiendo a su gran hallazgo: el fotoperiodismo. "Cuando cojo la cámara me transformo, me convierto en otra (empieza a sonar de fondo Siboney); me atrevería incluso a decir que en la fotografía he encontrado a mi nuevo y eterno amor, ese al que sí que puedes jurar fidelidad eterna." Está claro que el sentimiento es mutuo, porque lo que las fotos dicen de Eva no lo ha dicho nunca jamás un hombre tan bellamente, tan profusa e intensamente, de la mujer de sus sueños.

Aprendió sueco y a pintar al óleo, fue fría como un témpano y, a base de vivir ahora aquí y luego allá, convirtiendo después cada etapa en unas cuantas cajas de cartón llenas de chismes y papeles que nunca volvían a abrirse, aprendió también la de de cosas imprescindibles de las que se puede prescindir perfectamente. Hasta que al final, le quedó una verdad: "Que toda la esencia está en las personas, y más en concreto en el amor. Me he dado cuenta de que es lo único que realmente vale la pena. Vivimos y morimos por amor", dice Eva Lindberg, cerca ya de la madrugada, y pensando no solo en las parejas. "Nadie es tan miserable que nunca haya querido a nadie", más allá del hecho, a veces secundario, de que sea o no un amor correspondido.

Lo cual lleva de vuelta a su exposición. "Es un reflejo de lo que soy; a veces, a todo color; a veces, en blanco y negro, con muchos lados oscuros pero con más luces si te fijas bien... y si apenas aparecen caras es porque en el interior todos llevamos mucho más de lo que se puede ver a simple vista, y solo lo verá quien realmente así lo quiera." He ahí Lost mind of mine, "que viene a significar algo así como Perdida en mi mente, refleja todo un año de sensaciones, de altibajos, de crisis existencial..." Pero sobre todo, es el dedo con el que le da a uno en la espalda alguien que desea decirle muy bajito cosas maravillosas. Acerque el oído.

De utilidad:
Qué: Lost mind of mine, exposición de fotos de la artista Eva Lindberg.
Dónde: La Casa del Libro, calle Velázquez, 8.
Cuándo: Todos los días, en horario comercial, hasta el próximo 8 de febrero.
Cómo: En la escalera de este establecimiento, uno de los espacios expositivos más singulares y cada vez más importantes de Sevilla.
Sepa más: http://www.facebook.com/#!/evaglindberg

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