Apenas cinco días después de la escenificación de unidad del PSOE en torno a Juan Espadas, la situación del partido volvió a desestabilizarse ayer. La ex consejera de Justicia, ex concejal del Ayuntamiento y secretaria general de la agrupación socialista de Miraflores, Evangelina Naranjo, formalizó su dimisión como diputada autonómica, cargo que ostenta desde los comicios de 2008. Lo hizo tras una conversación privada con el secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, en la que aludió a “motivos personales” y con el compromiso de mantener su presencia orgánica. De hecho, ayer mismo estuvo presente en la reunión de trabajo con todos los secretarios generales. Pero tras esta decisión, que sorprendió a la mayoría de los dirigentes socialistas, vuelven asomar las diferencias internas en el partido. Evangelina Naranjo, persona de confianza de Alfredo Sánchez Monteseirín y de Manuel Chaves, llevaba meses en un segundo plano político y con evidentes desavenencias con la dirección regional, en manos ahora de Susana Díaz.
Su salida se produce a apenas unas semanas de que el partido lance oficialmente el proceso de elaboración de las listas electorales para 2011. El nombre de Evangelina Naranjo, al que incluso aludió Monteseirín al hablar de posibles sucesores, llevaba meses sonando, sobre todo por su buena relación con Juan Espadas, aunque en su contra jugaba el peso de Susana Díaz en la confección de la candidatura y el objetivo de una renovación. Ahora, con su salida, se introduce un nuevo factor en los delicados equilibrios del partido: su escaño en el Parlamento le corresponde a Rosario Ayala, y en caso de su más que previsible renuncia, al secretario general de Este, Ramón Díaz, otro de los dirigentes con opciones de entrar en la candidatura, que pasaría al Parlamento en vez de al Consistorio.
Aunque su salida del Parlamento no la invalide necesariamente para entrar en las listas, por los tiempos –cinco días después del acto de Espadas– y por las formas –una genérica alusión a “motivos personales” semanas antes de la elaboración de la candidatura–, Naranjo ha puesto un punto y aparte a su carrera institucional que la sitúa, de momento, lejos de Plaza Nueva, aunque conserve el cargo orgánico. Por su agrupación, están en el Consistorio Eva Patricia Bueno –con opciones de continuar– y Enrique Lobato –que no seguirá–.
Evangelina Naranjo entró en el Consistorio de la mano de Alfredo Sánchez Monteseirín para pasar en 2004 a la Junta de Andalucía a instancias de Manuel Chaves. Formó parte del Consejo de Gobierno hasta abril de 2009 cuando fue cesada aunque mantuvo el escaño de diputada. Su salida vino precedida del pulso que libró junto al alcalde de Sevilla y a Demetrio Pérez contra la dirección provincial de José Antonio Viera y Susana Díaz, ahora número dos del partido.
