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Evento con diamantes

El Instituto Gemológico Americano celebra hoy en Sevilla el primer encuentro de profesionales, clientes y aficionados de la alta joyería en cualquiera de sus facetas.

el 16 may 2014 / 22:00 h.

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15746437 El joven palaciego Pedro Joaquín Fernández Molina. / A.R. Aunque existen en el mundo otras organizaciones volcadas en el lujoso universo de las gemas –en su detección, investigación, estudio, promoción…–, ninguna tan prestigiosa como el Instituto Gemológico Americano (GIA, en sus siglas inglesas), una institución privada y sin ánimo de lucro cuya misión primordial es proteger a vendedores y compradores de gemas, pues sus profesionales se dedican a establecer y mantener los estándares que evalúan la calidad de una piedra preciosa. Fundado en 1931 por el joyero californiano Robert M. Shippley, que fue el primer interesado en dotar a los profesionales de la joyería de cierta dosis educativa e investigadora, el GIA cuenta ya con delegaciones en muchos países del mundo, y hace muy poco en España, y hoy será la primera vez que aterrice en Sevilla al organizar un evento social cuyos anfitriones serán el presidente de la sección española del IGA, André Neves Bento, y el único sevillano a punto de diplomarse como experto en Joyería por el IGA, el joven de 22 años de Los Palacios y Villafranca Pedro Joaquín Fernández Molina. En el último medio siglo, el GIA ha aportado numerosos avances en el conocimiento riguroso de las gemas, como la creación de sendas escalas –ya utilizadas internacionalmente– para medir el color y la pureza de los diamantes; la detección de diamantes amarillos irradiados; el primer estudio gemológico de una tanzanita; o la detección de diamantes sintéticos en calidad gema creados con el procedimiento de precipitación de vapor químico, por poner algunos ejemplos. Mediante su biblioteca de fama internacional y sus expertos en la materia, el GIA actúa como fuente de información sobre gemas y joyería para el comercio y la clientela en todo el mundo. Al encuentro, que empezará a las 17.00 horas en la terraza del hotel Alfonso XIII, están invitados profesionales de la joyería, clientes, aficionados y curiosos de este «sector del lujo en el que no hay crisis», según Fernández Molina, que siente el evento de esta tarde como una puesta de largo en su tierra después de haberse convertido en técnico especialista en fabricación artesanal de alta joyería, de haber estudiado un máster en Dirección y Administración de Empresas, de haberse especializado en perlas naturales en Italia, de haber trabajado para firmas fuera del alcance de la mayoría de bolsillos como Tiffany, Suárez o Illanes y de estar ahora a punto de ser el sevillano más joven en diplomarse por el reputado instituto americano, junto al propietario de la joyería Chico de Sevilla, Andrés García, que también acudirá al evento. «La idea es departir sobre qué estamos estudiando, sobre la actualidad de la joyería, las últimas tendencias, o mostrar piezas recién adquiridas, asombrosas», explica el palaciego, quien apunta a que el evento servirá para la toma de contactos entre profesionales del sector. A las 19.45 está prevista una visita de los participantes a Mineralia 2014, una exposición internacional instalada en la sede de la Diputación sobre minerales, fósiles y gemas y organizada por el Grupo Andaluz de Mineralogía. Los participantes acudirán hoy a Mineralia, la exposición que ayer inauguró en la Diputación Fernando Rodríguez Villalobos con José Manuel Ares y Marco Campo.  Los participantes acudirán hoy a Mineralia, la exposición que ayer inauguró en la Diputación Fernando Rodríguez Villalobos con José Manuel Ares y Marco Campo. El sueño de Fernández Molina es registrar su marca de diseños y montar su negocio, aunque para ello tenga que consolidarse aún en este exclusivo panorama de clientes «muy distinguidos, que te piden una joya especial y única, personalizada y que te ocupan una media de tres semanas». Es a lo que se dedica por ahora, realizando trabajos por encargo a personalidades de la alta sociedad, «desde toreros a políticos o reconocidos personajes de la Cultura». Todos hombres, porque el palaciego se ha especializado sobre todo en el diseño y confección de joyas para el sector masculino. «Me di cuenta pronto de que había muy poca variedad en su ornamento», señala, «más allá de la típica esclava o el anillo». Fernández Molina ha vendido piezas exclusivas y originales como una botonadura de un traje de chaqueta en oro blanco o los gemelos a juego con los botones de camisa. «A un conocidísimo torero de la ciudad le he hecho una pulsera utilizando tres materiales que combinaban muy bien: terciopelo, piel de ternera y oro», cuenta. Más orgullosa se sentiría su abuela, que le inoculó desde pequeño la semilla del lujo deslumbrador enseñándole collares de perlas y que nunca hubiera imaginado que su nieto organizaría en Sevilla el primer encuentro de élite en torno a la alta joyería, de la que vive y en la que tiene confiado su reto vital. «Tengo pensado hasta el olor de la tienda que monte cuando pueda; un establecimiento centrado en una joyería masculina y asequible», asegura.

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