La Guardia Civil desmanteló ayer en Lepe una decena de asentamientos de inmigrantes que se repartían por todo el término municipal, en los que malvivían unas 500 personas. Quedaron en pie sólo los más pequeños, con unas cinco personas en cada uno.
La operación se inició poco antes de las 8.00 horas, cuando los primeros agentes llegaron a la zona de Huerta Márquez, en el norte del municipio, y comenzaron a desmantelar el asentamiento con ayuda de máquinas excavadoras y camiones de gran capacidad. Antes, habían informado de la situación a los inmigrantes y les dieron el tiempo suficiente para recoger sus pertenencias.
La orden de desmantelar, según fuentes del Ayuntamiento de Lepe, la dio ayer la Subdelegación del Gobierno de Huelva tras recibir denuncias de los propietarios de los terrenos. Los trabajos se prolongaron durante toda la jornada. Sólo para erradicar el de Huerta Márquez, donde vivían unas 80 personas, las máquinas emplearon casi una hora y media. En otros campamentos, caso del situado en la zona de Malascarnes, los trabajos no llegaron a una hora de duración.
Algunos de estos campamentos los levantaron meses atrás inmigrantes procedentes sobre todo de Malí, que acudieron a Lepe el pasado otoño en busca de trabajo en la plantación y recogida de la fresa. Ahora malvivían en los mismos con la ayuda de los vecinos, organizaciones humanitarias y partidos políticos.
Madi, uno de los inmigrantes desalojados, señaló que ahora tienen una única opción: "Volveremos a levantar otro campamento, porque así llevamos cinco años por toda España, y si no tenemos donde vivir tenemos que buscarnos la vida". La mayoría de las personas desalojadas tiene documentación en regla, aunque ante la falta de oportunidades laborales en el municipio han tenido que vivir en campamentos chabolistas en los últimos meses.
La Subdelegación del Gobierno informó de que "la operación, fruto del trabajo que habitualmente realiza la Guardia Civil para dar cumplimiento a las denuncias previas que se presentan, se ha desarrollado dentro de la normalidad y con todas las garantías de seguridad para las personas allí concentradas". La Subdelegación, sin embargo, dio por finalizado los trabajos a las 10.30 horas y sólo se refirió a dos de los asentamientos, a pesar de que el desmantelamiento terminó bien entrada la tarde.
Respecto a las cifras, la nota de la Subdelegación hablaba de "84 personas asentadas en dos fincas", aunque la cifra era muy superior cuando terminaba la actuación casi al llegar la noche.
El alcalde de Lepe, Manuel Andrés González, entendió que el desmantelamiento "no soluciona el problema, y es pan para hoy y hambre para mañana".
González añadió que, una vez que estén desalojados todos los asentamientos, "estos inmigrantes tendrán que irse a otra parte, porque ellos tienen que dormir en algún sitio, y lo que deberían hacer las administraciones con competencia es buscar medidas series y determinantes para solucionar este problema".
Tras indicar que conocía la intención de iniciarse el levantamiento, el alcalde indicó que "levantar los asentamientos no es solución para atajar los problemas que hay con la inmigración en el municipio de Lepe en particular y en España en general".