La juez que investiga el robo de la droga en la Jefatura ha exculpado a dos de los cuatro imputados hasta ahora, todos ellos ajenos a la Policía, por falta de pruebas. Los dos salieron de prisión en mayo tras haber pasado dos meses encarcelados por esta causa.
Sólo quedan dos imputados por el robo de cien kilos de cocaína y heroína en la Jefatura de Blas Infante, después de que el Juzgado de Instrucción número 19, que investiga el caso, haya sobreseído la causa contra otros dos ante la falta de pruebas para mantener su implicación, según explicaron fuentes del caso a Efe.
Los dos exculpados fueron detenidos a mediados de marzo junto con dos personas más y, tras prestar declaración ante la juez, ingresaron en prisión, mientras que los otros dos quedaron en libertad con cargos. Sin embargo, al existir secreto de sumario no ha trascendido la implicación de los arrestados, sólo que ninguno de ellos pertenece a la Policía Nacional. El ingreso en la cárcel se produjo el 14 de marzo, cuando fueron puestos a disposición judicial por los agentes de Asuntos Internos que investigan el robo, y dos meses después, en el mes de mayo salieron en libertad "al haber variado las circunstancias".
El Juzgado de Instrucción 19 investiga desde mayo de 2008 el robo de más de cien kilos droga, con un valor de al menos cuatro millones de euros, de los almacenes de la Policía, donde sólo tenían acceso los agentes de la Unidad contra la Droga y el Crimen Organizado (Udyco). Sobre sus agentes recayeron todas las sospechas, de ahí que haya sido Asuntos Internos el que se hiciera cargo del caso, aún sin esclarecer.
Pese a que sigue sin ser resuelto, el juzgado acumula ya más de 4.000 folios sobre la investigación. Además, según apuntaron a este periódico fuentes del caso, el caso va aún para largo pues la instrucción se está llevando con sigilo y a paso lento porque, como demuestra la exculpación de dos de los imputados, la obtención de pruebas está siendo muy difícil y hay que asegurar muy bien cada paso que se da. "Lo que tengamos tiene que estar muy bien atado" para evitar que en un juicio se desmonte toda la acusación. Por ello, el juzgado se está encargando de mantener un férreo secreto de sumario para evitar que las filtraciones compliquen aún más la investigación.
El robo fue descubierto en mayo de 2008 cuando un análisis rutinario desveló que gran parte de los alijos que se custodiaban en los almacenes eran realmente ladrillos de yeso y harina, a los que los ladrones les habían dado la misma apariencia que los originales. De hecho, incluso se esmeraron en copiar las mismas marcas y las formas de los alijos para no levantar sospechas.
En un informe elevado en febrero pasado al Juzgado de Instrucción número 19, la Policía atribuyó a los mismos autores el robo de siete de los alijos sustraídos, y en uno de ellos, en el que los ladrones se llevaron 10,3 kilos de cocaína, llegó a fijar la fecha del delito entre el 1 de febrero de 2008, cuando fue expuesta en rueda de prensa, y el 25 de abril de 2008, cuando fue trasladada al Instituto Nacional de Toxicología para su análisis oficial.
