Local

Exfumador pero ¿obeso?

Al dejar el tabaco se suele engordar entre dos y cuatro kilos.

el 06 feb 2011 / 19:44 h.

TAGS:

Uno de los grandes temores de quienes se plantean dejar de fumar, especialmente las mujeres, es engordar durante el proceso. Y lo cierto es que existe una base real a ese temor. Por un lado, la nicotina es un inhibidor del apetito y además es una sustancia que quema grasa. Y, por otro, la ansiedad derivada de la ausencia del tabaco provoca desórdenes en los hábitos alimenticios, es decir, sin un cigarro que llevarse a la boca se tiende al picoteo.

 

El Instituto de la Obesidad alerta del riesgo de que aparezca sobrepeso en la población a consecuencia de las restricciones de la reforma de la ley antitabaco, que desde hace un mes prohíbe fumar en todos los locales cerrados y en espacios libres alrededor de colegios, hospitales o parques infantiles. Diversos estudios sitúan entre dos y cuatro los kilos que suele ganar una persona al dejar de fumar.

Según explican los expertos, este incremento se da sobre todo durante la fase física de dependencia -el síndrome de abstinencia- que puede abarcar hasta los cuatro primeros meses. Es en este periodo cuando la ansiedad es mayor y más se trastocan los hábitos alimenticios.

No obstante, el problema surge cuando, una vez superada esa fase física de adicción, se mantiene el incremento progresivo de peso producido por una mala alimentación. De este modo, un hábito perjudicial, como es el tabaco, es sustituido por otro derivando en dificultades de obesidad y sobrepeso, alertan desde el Instituto de la Obesidad.

Para prevenir este riesgo, los expertos de este organismo recomiendan cuidar especialmente los hábitos de nutrición y recurrir si es preciso a un equipo de profesionales para trabajar tanto la alimentación necesaria como la correcta terapia física y psicológica. Cualquier tratamiento debe concebirse de manera multidisciplinar, interviniendo criterios nutricionales y psicológicos. De esta manera, aseguran que se logra una mayor adhesión a la terapia y un mantenimiento del peso perdido.

Como contrapartida, apuestan por mantener una dieta equilibrada que contenga todos los alimentos necesarios para conseguir un estado nutricional óptimo y nutrientes energéticos suficientes que permitan llevar a cabo los procesos metabólicos y de trabajo físico y psicológico.

Distraerse para no pensar en el tabaco o sustituirlo por la comida es aconsejable, pero ir al cine no parece la mejor opción, sobre todo si en la película aparecen actores fumando. Según un estudio del Colegio Dartmouth en Hanover (EEUU), publicado en la revista The Journal of Neuroscience, la visión de actores fumando en una película activa las áreas del cerebro de los fumadores que interpretan y planifican los movimientos de la mano, como si fueran a encender un cigarrillo. Los fumadores habituales repiten esos movimientos varias veces al día y el estudio demuestra que las partes del cerebro que controlan ese gesto rutinario se activan solo ver a alguien fumar.

  • 1