Antiguamente la corriente migratoria era del campo a la ciudad; cuando Olavide llegó en 1767 se abrumó con la turbamulta venida de todas partes que colmataba antiguos palacios y casas grandes. Entonces dividió Sevilla en barrios y cuarteles (hoy serían manzanas, como en Nueva York) con los azulejos que aun podemos ver desde San Juan de la Palma a la puerta de la Cartuja. O sea, que Olavide hizo un plan y lo llevó adelante hasta que lo desterraron. Cuando a principios de los 70 en Nueva York descubrieron que la gente se les iba a chorros también tomaron medidas y, en particular, encargaron a Milton Glaser (que fue también el diseñador del periódico La Vanguardia) el más célebre de todos los logotipos, el del I -corazón- N.Y.
De Sevilla nos estamos yendo a mansalva desde hace años; son muchas las causas y tampoco nos vamos tan lejos, seguimos "consumiendo ciudad" pero en el centro sólo quedan ancianos, comercios y bancos. El sábado anduve por la Alpujarra almeriense. Hasta allí había emigrado la estética rociera (el coro de la Hermandad del Salvador reinaban en Fondón) pero allí ya no había jóvenes o adultos; Benecid era una residencia de la tercera edad al aire libre, más o menos como la calle Feria. ¿Se está preparando algún plan innovador, imaginativo, eficaz? El ciudadano desde fuera sólo se ve un gobierno municipal aturdido y una oposición que únicamente dice no.
Antonio Zoido es escritor
