El misterio del Cristo de la Bondad estrenó el dorado del frontal. / H. Peña La entrada de la Parroquia de San Agustín derrochaba expectación en este Domingo de Ramos en el que, afortunadamente, no ha sido necesario estar pendiente del cielo. Este año, el Cristo de la Bondad de la Hermandad de la Borriquita necesitaba un día como este para mostrar todo su esplendor por las calles alcalareñas. Y es que uno de los estrenos más esperados ha sido el del dorado del frontal de la canastilla del paso de misterio como culminación de su primera fase. Las ansias de una Semana Santa sin contratiempos meteorológicos hicieron que el hecho de abrir las puertas de la parroquia a las 16.30 horas, arrancase algunos aplausos de emoción. En los primeros tramos, los pequeños nazarenos de rojo y blanco portaban hojas de palma, conmemorando así la la entrada de Jesucristo en Jerusalén, tal y como lo hace la talla a la que profesan devoción desde tan jóvenes. Al sentir la primera levantá desde dentro del templo, el público estalló en aplausos sin descanso en el momento en que el Señor enfiló la calle Párroco José Luis Portillo al son de Himno de San Antonio, en una excelente interpretación por parte de la Agrupacion Musical del Santísimo Cristo de la Bondad. Pero aún quedó tiempo para que la Virgen de la Oliva, con su techo de palio bordado por el taller de Francisco Carrera, arrancara las lágrimas de más de uno de los presentes al mecerse con las notas de Rocío, de la mano de Banda Municipal de Aznalcóllar, y en una larga chicotá que la llevó de un tirón a la esquina de la calle Santander, confirmando que, ahora sí, había llegado el día grande.