A muchos les suena a pasado, pero no saben el papel fundamental que juega en el futuro del medio rural y para el mantenimiento de la biodiversidad. La trashumancia, una práctica habitual en muchas regiones de España, lucha por sobrevivir, desarrollarse y no sólo eso, también por obtener un reconocimiento que hasta ahora no le han otorgado ni la sociedad ni las administraciones. Ello a pesar de que, con su presencia, pastores y rebaños son pieza clave en la conservación del medio ambiente y en la prevención de riesgos muy graves para el entorno, como los incendios.
Pero para posicionarse y hacerse oír es fundamental ganar peso económico. Hacer valer sus productos en el mercado y hacer atractivo el oficio de cara a un relevo generacional que fije la población rural. Éstas son algunas de las conclusiones a las que se llegaron ayer durante el ciclo Encuentros con la Sostenibilidad que organiza El Correo de Andalucía patrocinado por el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM ), que ayer versó sobre Trashumancia, Desarrollo Rural y Biodiversidad y que se celebró en el Hotel Gran Meliá Colón.
Abrió el foro el director general de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea, José Manuel Silva, quien explicó las repercusiones que puede tener la futura Política Agraria Común (PAC) en la trashumancia. Hizo hincapié en la tecnificación del sector agrario que se pretende con la nueva norma y explicó los beneficios que puede tener la aplicación de la innovación en el pastoreo. "Me da la sensación de que hay productos vinculados a la trashumancia que tienen un alto valor en el mercado y eso no se ha sabido explotar" y que pueden servir para mantener una actividad "que forma parte de nuestro patrimonio histórico".
Judit Anda, directora general de Producción Agrícola y Ganadera de la Junta, quien explicó que en Andalucía hay poca trashumancia, "50 pastores", cuantificó, y resaltó la importancia que tiene en la región la ganadería extensiva, con 2,7 millones de hectáreas ocupadas por ella y un millón por la dehesa. En este punto destacó que la Administración andaluza ha sido la primera en crear un marco de ley para fomentar su uso. Además, se refirió a la falta de relevo generacional en el sector, de ahí la creación de una escuela de pastores "para prestigiar esta labor". Sobre ese punto profundizó algo más Rafael Olvera, jefe de Servicios de Producción Ganadera de la Junta. Éste desgranó los pormenores de un proyecto piloto que comenzó en Huéscar (Granada) con 15 jóvenes y que tendrá continuidad este año en Málaga con 35 alumnos.
Por su lado, el secretario general del Medio Rural del MARM, Eduardo Tamarit, insistió en que la trashumancia es "un patrimonio cultural y ambiental que hay que proteger". Así, recordó que cumple "un papel como fertilizante y limpia el bosque de pastos evitando incendios".
Así, aseguró que el MARM tiene intención de recuperar "vías pecuarias perdidas por la labor agrícola" y para ello pidió la colaboración de todo el sector.
También insistió en ese apoyo Jesús Casas, director general de Desarrollo Sostenible del MARM, para revalorizar "una actividad tan ligada al futuro del territorio". Así, alertó del peligro del "proceso silencioso" del éxodo del mundo rural, lo que puede llevar a que, dentro de 50 años, "el 95% de la sociedad española viva en núcleos urbanos y subsista gracias al 5% que vive en el mundo rural, donde están todos los recursos energéticos y económicos". Por ello, insistió en acelerar las medidas en beneficio de la ganadería extensiva y citó la más avanzada: el Libro Blanco de la Trashumancia, que verá la luz a finales de año.
Pablo Manzano, coordinador del Programa de IUNC , Iniciativa Mundial por un Pastoreo Sostenible, destacó el papel ambiental, económico y social de la trashumancia. "Lo lógico es tener el ganado en tierras marginales porque ahí puede ser muy productivo, ya que aporta beneficios indirectos, como la protección contra las catástrofes". Además, apostó por los productos de alta calidad que se consiguen.
El director gerente de la Federación Española de Asociaciones del Ganado Selecto (Feagas ), José Antonio Fernández, explicó la importancia de conservar las especies autóctonas españolas y propuso aumentar los ingresos de los ganaderos a través de la revalorización de los productos vinculados a su actividad.
La patronal agraria Asaja estuvo representada por José Carlos Caballero, quien insistió en fomentar la innovación y relató un proyecto para mejorar la rentabilidad del sector a través del estudio de nichos de mercado para productos como la lana aplicando técnicas de mercado como el marketing.
Mientras, José Andrés García, presidente de ADRI Valladolid Norte, defendió a las especies salvajes y pidió vías de coexistencia entre animales como los lobos y la ganadería extensiva.Esas alternativas se visualizan en un momento en el que la trashumancia, que durante siglos fue clave en la economía del país, se desmorona hasta ser un oficio en peligro de extinción.
El técnico de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, José Manuel Delgado, apuntó que es la profesión "que peor está pasando la crisis", que se ha visto agravada por las dificultades propias del sector agrícola y ganadero, como el aumento de los costes y la disminución de los precios por un producto "que no da para pagar los gastos de producción".
La soga que atenaza a este sector no es una visión exclusiva de Delgado. El más pesimista fue el representante de COAG , Emilio Gómez, que desveló que los ganaderos ya han caído "en el desencanto" y "se refugian en su campo y en sus animales esperando a que lleguen los buitres". "Hay ideas e iniciativas, pero faltan medios, como leyes que se hagan con los ganaderos", dijo.
Gómez fue tan crítico como José Antonio Valladares, presidente del Foro Asturias Sostenible , que tildó "de irresponsabilidad económica que la trashumancia se pueda acabar" y que deberían "pagar, que no ayudar, a estas personas".
Cabrito autóctono frente al que viene de Nueva Zelanda
Dos millones de turistas se acercan cada año a los Picos de Europa atraídos por su paisaje y por su gastronomía. Sin embargo, pocos saben que uno de sus principales reclamos culinarios, el cabrito, procede en muchas ocasiones de las antípodas, de donde viene ultracongelado. Ésta fue una de las denuncias que realizó ayer el presidente de la Fundación Quebrantahuesos, Gerardo Báguena, quien explicó que está desarrollando un proyecto piloto en los restaurantes de la zona para que estos establecimientos oferten productos criados por "sus propios vecinos". "Hay que capitalizar el medio rural mediante el consumo de los productos locales", señaló Báguena, quien explicó que esta iniciativa pretende poner en valor la biodiversidad "como producto de calidad". Gracias al proyecto, 16 restaurantes de Picos de Europa se comprometieron a comprar la producción de la zona porque "ese entorno natural tan bien conservado lo generan los hombres".