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Extraordinaria animación en la víspera del alumbrado

El domingo de preferia dejó colas en los cacharritos y estampas de ajetreo en las casetas

el 22 abr 2012 / 19:19 h.

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Colocación de guirnaldas de flores.

Divisada desde las lomas del Aljarafe, el incesante rodar de los ejes de la noria a media mañana ya hacía presagiar que el de ayer iba a ser un día de extraordinaria actividad e incesante ajetreo en el Real de los Remedios. Si no fuera por la invasión de vehículos particulares y camiones de reparto que todavía ayer campaban a sus anchas por los adoquines del recinto ferial y barrios aledaños -el plan especial de tráfico no entra en vigor hasta esta tarde a partir de las 18.00 horas- nadie osaría desmentir que el domingo de preferia se ha institucionalizado ya en el calendario apócrifo del sevillano como la jornada predilecta para empezar a satisfacer las ganas de Feria contenidas durante todo un año. Y si encima el tiempo acompaña y sale un día tan precioso y de extraordinaria temperatura como el de ayer, que para sí hubieran querido los cofrades, pues miel sobre hojuelas. Ea, a llenarse los zapatos de albero.


Extrañamente a la tónica general de los últimos años, la Feria de 2012, la primera de la era Zoido, arrancará esta noche con todas las calle del Real adornadas con los clásicos farolillos blancos y naranjas embelleciendo las bombillas. Pero no es un haber que haya que anotárselo directamente a la gestión del nuevo alcalde, sino a la bonanza meteorológica de los últimos días que ha permitido en esta edición que las brigadas de mujeres que realizan esta función hayan acabado su trabajo con la antelación necesaria para el Real de la Feria luzca esta noche sus mejores galas en su esperada puesta de largo oficial a los ojos del mundo.


Ya se sabe que el domingo de preferia los niños mandan. De ahí que ayer fueran legión las familias que se decidieran por "darse un vueltecita" por la Feria para montar a los más pequeños en los clásicos cacharritos, registrándose hasta colas frente a algunas taquillas de la Calle del Infierno. La animación fue realmente extraordinaria durante todo el día, especialmente entre las atracciones infantiles. Y eso que los precios pueden perjudicar seriamente su cartera. Después de darse uno varias vueltas entre el ruido ensordecedor que expide el hilo musical de las barracas de Feria, podría concluirse que los precios de los cacharritos oscilarán este año entre los 2,50 y los 5 euros. El primero es el precio que ayer había que abonar, por ejemplo, para fardar al volante y disfrutar de un clásico de la Feria, los coches topes de la firma Bañuls, o para soltar unas carcajadas contemplando cómo el laberinto de los espejos de la risa deforma su cuidada figura. Entre las atracciones más caras, los caballitos ponys o el llamado Gigant XXL, un brazo móvil capaz de alcanzar una altura de 75 metros. Aunque la tarifa más repetida para disfrutar de "un viaje" se mueve entre los 3 euros del Top Gun, de la Olla, o del Ratón vacilón con gato comilón -que así se llama una de las montañas rusas instaladas en la Feria- y los 3,50 euros de atracciones como la noria, la Mansión del terror, el Ala delta o la Selva encantada. No se descarta, sin embargo, que los dueños de las atracciones apliquen sobre estos precios la tasa correspondiente a lo que la tradición ha convertido ya en los días prime time de la Feria, que son los que transcurren desde esta noche y hasta el jueves incluido, día en que la costumbre manda que el sevillano se retire a sus aposentos de descanso veraniego y deje hueco libre en el Real para los visitantes que llegan allende nuestras fronteras. Que para eso este año al Ayuntamiento se le ha ocurrido programar visitas guiadas a turistas por el Real con degustación de una copa (éste sí que es un haber imputable a Gregorio Serrano, el concejal delegado de Turismo y Fiestas Mayores).


Vencida la resistencia infantil a abandonar la Calle del Infierno, en las encrucijadas de albero del Real pocas eran ayer las casetas que permanecían con las lonas echadas. Muchas de ellas presentaban un perfecto estado de revista para la noche del pescaíto y se disfrutaba ya de la animación propia de un día de Feria, caso de las de Mercasevilla, Lipasam o la de la hermandad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro -ésta última a la sombra de la portada-, donde las actividades destinadas especialmente a los niños coparon la programación matinal.


Sin embargo, en una gran mayoría de las 1.047 casetas que se distribuyen por todo el Real el de ayer fue todavía un día para compaginar los últimos detalles del montaje con los primeros momentos de convivencia entre los socios. Era el caso, por ejemplo, de Chicuelo 42, una caseta bautizada con el nombre de 'No sé si quizás' -expresión muy utilizada en Chipiona, Rota y otras localidades gaditanas colonizadas en verano por muchos sevillanos-, cuyos socios, un grupo de amigos de distintas cofradías, se afanaban, martillo en mano, en colocar cortinas, encajes, velones, cuadros, cornucopias y otros detalles decorativos. Tanto aquí como en Bombita 14, donde manos de mujer colocan flores de papel en las guirnaldas feriantes que habrán de decorar la caseta, la tradición manda culminar el montaje con una paella para los socios. "Es lo clásico. Y después de la comida, a bailar las primeras sevillanitas", dice Isabel.


Todo esto ocurre fuera de la oficialidad de la Feria. Porque la de verdad, la de la Carrera Oficial del feriante, arranca esta medianoche con el encendido del alumbrado.

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