El parte médico del partido ante el Córdoba es menos grave de lo que parecía. Es verdad que Pepe Mel tuvo que hacer dos cambios antes de la media hora, pero no se deben a lesiones de importancia, y menos ahora que hay parón por las vacaciones navideñas. De los dos damnificados, el "más preocupante" en palabras del míster es Amaya, que se retiró porque recibió un rodillazo a la altura del peroné y se quedó sin sensibilidad en la pierna, según ha relatado el doctor Tomás Calero.
En cuanto a Fabricio, en su caso recibió un fuerte impacto de Pepe Díaz en la cabeza, concretamente en el hueso temporal, y padeció una conmoción leve, según el médico verdiblanco. En otras palabras, se mareó y como es lógico no estaba en disposición de seguir jugando, pero tras la correspondiente revisión no se apreciaron síntomas de lesiones neurológicas, así que ni siquiera fue evacuado a un hospital. En todo caso, este jueves se le harán pruebas complementarias.
