Cultura

Fallece 'Cachao', la leyenda del mambo

El músico cubano Israel Cachao López falleció ayer en un hospital de Miami debido a un enfermedad renal. Cachao, de 89 años, se convirtió en una leyenda de la música cubana con su magistral manejo del bajo. (FOTO: EFE).

el 15 sep 2009 / 02:06 h.

El músico cubano Israel Cachao López falleció ayer en un hospital de Miami debido a un enfermedad renal. Cachao, de 89 años, quien fue internado la semana pasada, se convirtió en una leyenda de la música cubana con su magistral manejo del bajo y se destacó por sus actuaciones musicales en el mambo y el jazz latino.

Israel López, a quien su bisabuelo le puso Cachao por el ritmo cachondeo, era uno de los símbolos de la música cubana y rey de las descargas o improvisaciones en vivo. Descendiente de españoles e hijo de profesores de contrabajo, comenzó en la música a la temprana edad de 8 años como percusionista de bongos en el conjunto Bella Mar, al tiempo que tomaba clases de piano y bajo, e iba a la escuela. Tras ser amenizador musical de las películas mudas en el teatro Carral, de Guanabacoa, con 12 años ingresó como contrabajo en la Orquesta Filarmónica de La Habana. Allí ya estaban su hermano mayor, Orestes, y su padre.

Desde ese momento, su vida se rodeó de música clásica y popular. Por la tarde, tocaba los clásicos y por la noche, fuera de la sinfónica, sones participando en las populares descargas (jam sessions). Con la sinfónica estuvo los siguientes 30 años. Conoció a insignes directores como a brillantes instrumentistas. Sin embargo, nunca se alejará de su gran pasión, la música popular: guaguancós, guarachas, rumbas, etc.

En 1937 inventó el mambo sobre una variación del ritmo del danzón. El mambo, que en dialecto locumí quiere decir historia, se convertiría en una de las señas musicales cubana.

En 1962 abandonó Cuba, tras la instauración del régimen de Castro. Su primer destino sería España, donde tocó en cabarets y salas de fiesta pero como otros cubanos, no tardó en trasladarse a Estados Unidos.

A principios de la década de los noventa, el actor de origen cubano Andy García le redescubrió para el gran público gracias a su documental Cachao, como su ritmo no hay dos (1993). Hasta ese momento, tras más 50 años de profesión, no era más que un brillante músico de alquiler, afamado pero no famoso.

En marzo de 1995, el mundo de la música reconoció su trabajo y le premió con un Grammy al mejor disco latino por su Master Sessions, el primero de una trilogía sobre su carrera. Su segundo Grammy lo obtuvo por el disco Ahora si¡ en 2005, con 86 años.

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