El pasado sábado por la mañana murió en Madrid Francisco Hernández-Pinzón, el sobrino más cercano al escritor Juan Ramón Jiménez, que trajo los restos mortales de Zenobia y el escritor a España en 1958 y que veló por su obra hasta que, ya mayor, delegó en su hija Carmen Hernández-Pinzón Moreno.
Ayer, a las doce de la mañana, sus cenizas fueron depositadas en el panteón familiar en el cementerio de San Fernando de Sevilla en una emotiva despedida, rodeado de sus familiares y amigos, más de medio centenar de personas, en la que Chili, cantautora de los poemas de Juan Ramón Jiménez que tanto le gustaba al fallecido Hernández-Pinzón, cantó acompañada de su guitarra algunos de los textos juanrramonianos más representativos, como El viaje definitivo.
Nacido en Moguer el 4 de julio de 1918, fue el quinto de los hijos de José Hernández-Pinzón Flores y Victoria Jiménez Mantecón (hermana del Nobel de Literatura). Vivió con sus padres y hermanos (Victoria, Dolores, Blanca y José), al igual que Juan Ramón, en la que hoy es Casa-Museo Zenobia y Juan Ramón Jiménez en Moguer.
Francisco estuvo siempre al lado de su tío Juan Ramón y de su tía Zenobia y fue designado por el poeta como su albacea. Fue, hasta que su salud se lo permitió, el representante de sus herederos.
