Miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes patrullaron ayer la ciudad nororiental de Gojra, que fue escenario el sábado de un brote de violencia religiosa durante el que murieron siete cristianos por el incendio de sus casas. Según informó el canal televisivo Geo Tv, un portavoz oficial aseguró que la situación está ya bajo control y que mejorará aún más, pese a que los cristianos llevaron ayer los cadáveres por las calles para pedir el arresto de los responsables.
Los disturbios ocurrieron el sábado por la tarde en la ciudad punjabí de Gojra, que había sido objeto de la violencia religiosa desde el jueves, día en el que, según los musulmanes, varios cristianos profanaron un Corán. "Algunos musulmanes locales acusaron a Talib Masih, Mujtar Masih e Imran Masih de quemar el Corán. Los acusados lo negaron vehementemente, pero una multitud de musulmanes enfadados liderados por predicadores quemaron varias casas de cristianos", denunció en un comunicado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.
En vista de lo sucedido, el presidente del país, Asif Alí Zardari, ordenó al Ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, que se desplace a la zona para contribuir a la normalización de la situación, según un comunicado presidencial.
El papa Benedicto XVI pidió rezar por los cristianos perseguidos y que les sean reconocidos los derechos humanos.