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Familiares de represaliados por el Franquismo relatan ante el TS las dificultades en la búsqueda de víctimas

el 01 feb 2012 / 16:05 h.

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María Martín López y María del Pino Sosa, de 81 y 75 años  respectivamente, relataron este miércoles ante los siete magistrados  del Tribunal Supremo que juzgan a Baltasar Garzón por investigar el  franquismo careciendo de competencias, las dificultades a las que se  enfrentaron en la búsqueda de sus familiares represaliados antes de  interponer denuncia por lo sucedido ante la Audiencia Nacional.

Las dos mujeres fueron las primeras testigos en declarar en la  vista en la que el juez suspendido de la Audiencia Nacional
se  enfrenta a una pena de hasta 20 años de inhabilitación por un delito  de prevaricación que solicita para él el sindicato Manos Limpias. La  Fiscalía no acusa en este procedimiento.

La primera en declarar fue María Martín, una mujer enlutada y con  el pelo cano que tardó varios minutos en acceder a la Sala debido a  que tenía que caminar muy despacio y ayudada de un andador. Con un  casi imperceptible hilo de voz, narró que a su madre la mataron el 21  de septiembre de 1936, cuando ella contaba con apenas 6 años y dos  meses de edad, y que sabe dónde está enterrada, "pegada al puente, en  un ensanche donde luego han echado tres metros de tierra por  encima".

Según Martín, hasta que interpuso la denuncia en la Audiencia  Nacional ninguna Administración había hecho "nada" por ayudarle a  encontrar a su madre ni al resto de asesinados de su pueblo, Pedro  Bernardo (Avila), pese haberse dirigido por carta a muchas de ellas. 

El mismo día que mataron a su progenitora -la mujer no ha señalado  quien lo había hecho-, también se llevaron de su pueblo a 27 hombres  y tres mujeres. "Sólo un hombre se escapó, y no lo encontraron".

QUEJA DE LA DEFENSA
    

Tras concluir este testimonio, el representante legal de Manos  Limpias pidió la palabra para señalar que no entendía la presencia de  estos testigos dado el objeto del procedimiento que se está viendo  ante esta Sala, que es la presunta prevaricación cometida por Garzón.  El presidente del tribunal, Carlos Granados, le ha contestado de  forma rotunda: "Es el presidente el que determina las pruebas que son  pertinentes".

La segunda testigo, María del Pino Sosa, ha ratificado ante el  tribunal que la Asociación por la Memoria Histórica de Arucas  (Gran  Canaria), que ella representa, fue de las primeras que presentó  denuncia en la Audiencia Nacional en diciembre de 2006. Esta  agrupación denunció en dicho momento más de 500 desapariciones, pero  se han ido sumando muchas más.

Sosa  ha manifestado ante el tribunal que no supo nada de su padre  desde que "se lo llevaron", y que su madre nunca quiso aceptar la  declaración de fallecimiento. "Se los llevaron vivo y vivo lo  reclamaba", ha señalado, para añadir que "se los llevaron de casa,  los apaleraron, los tuvieron presos, se llevaron el pan y la sal de  nuestras casas".

A preguntas del abogado de Garzón, Gonzalo Martínez-Fresneda, la  testigo ha recordado que, ante la tardanza de Garzón en tramitar sus  denuncias, su asociación presentó una queja en noviembre de 2007 en  el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) en la que pedían  explicaciones por estas delaciones en relación con los delitos de  lesa humanidad denunciados.

Ha señalado que su asociación empezó denunciando los hechos en un  juzgado de Las Palmas, aunque el caso fue archivado. "Reclamar era mi  deber", ha afirmado. En un momento de su declaración, el abogado de  Manos Limpias ha preguntado a esta testigo si su asociación recibe  ayudas públicas, a lo que Sosa ha respondido que no.

Tras esta declaración, la vista se ha interrumpido hasta las 12.30  horas, cuando se reanudará con el testimonio del tercer testigo  previsto para hoy, que es Angel Rodríguez Gallardo, de la Asociación  de Memoria de Ponteareas (Pontevedra).

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