Cultura

Farruquito: «La pureza es hacer lo que sientes»

Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, vuelve a Sevilla. Esta noche (22.00 horas) ofrecerá en el Auditorio Rocío Jurado su último espectáculo, Puro, un título que no pretende reabrir ninguna vieja polémica. Nada menos que ocho voces le acompañan.

el 15 sep 2009 / 11:36 h.

Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, vuelve a Sevilla. Esta noche (22.00 horas) ofrecerá en el Auditorio Rocío Jurado su último espectáculo, Puro, un título que no pretende reabrir ninguna vieja polémica. Nada menos que ocho voces le acompañan.

No son los 300 de Leónidas en la batalla de las Termópilas, pero se puede hablar de ejército de cantaores, nutrido y bien armado: Juan José Amador, Antonio Zúñiga, Pedro el Granaíno, El Rubio de Pruna, La Tana, Encarnita Anillo y María Vizarraga, con Manuel Molina de artista invitado.

La guarnición de guitarristas -Antonio Rey, Juan Requena y Román Vicenti- tampoco se queda coja, y si a eso le sumamos un piano, percusiones y la guinda del violín de Bernardo Parrilla, la cosa cobra proporciones filarmónicas. "Casi me gusta más el cante que el baile", confesaba ayer el bailaor. "Disfruto mucho bailándole al cante y alimentándome de él. Cuando los tengo a todos ahí me motivan mucho y me dan fuerza", agrega el sevillano, que dedicará su actuación a "mi amiga y queridísima Rocío Jurado", anunció.

El montaje, producido por Ópera & Flamenco y estrenado el pasado mes de julio en Palma de Mallorca, se propone como un recorrido por diversos palos del flamenco menos transitado en la actualidad, desde verdiales y granaínas a tonás, deblas y trilla, pero la estrella indiscutible promete ser la soleá. "Es la mejor herencia que me dejó mi abuelo, y hacerla en estos tiempos que corren... Si tengo una mínima parte de reflejo del gran bailaor que fue Farruco, me gusta que se vea ahí, en la soleá", agregó.

El título del espectáculo, por otra parte, no pretende entrar en melindres sobre ortodoxias y heterodoxias. "Así soy yo, bailo solo, la música y la letra dicen lo que me gusta escuchar cuando bailo, esta vez no me he dejado llevar ni siquiera por mi familia, eso es para mí lo puro. Sentirse verdaderamente fiel a uno mismo, ser auténtico. La pureza es hacer 100 % lo que sientes", recalcó.

Que Farruquito represente a la generación de flamencos más fiel con las raíces no es óbice para que se muestre como el muchacho del siglo XXI que es. Sin llegar a fashion-victim, ha logrado que Victorio & Lucchino le diseñen el vestuario de escena de Puro, y el elenco que va con él irá vestido por Hugo Boss. "Si no se desmelenaran y cantaran con esa fuerza, diríamos que son ministros", bromeaba ayer el bailaor.

Más presente en los últimos tiempos en las crónicas judiciales que en las páginas de Cultura de la prensa, el Farruquito que acude a la Bienal siente saldadas sus cuentas con la Justicia, y la Sentencia que anuncia el programa por seguiriyas se refiere tan sólo al tribunal supremo del flamenco: "Es un paso por la fragua en el que el viejo examina al joven. Campanillas de bronce/ que a flamenco suenan...", explicó.

Finalmente, el bailaor, que acaba de editar el DVD Farruquito y familia, prepara la grabación de un documental que se titulará precisamente Puro -parte de él, de hecho, se proyecta durante el espectáculo-, y en el que espera que "el público, que a veces piensa que bailar es sólo ponerse las botas y salir al escenario, descubra el sacrificio que conlleva lo que hacemos", apostilló.

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