El bailaor Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, ha liquidado totalmente su condena de tres años de cárcel por el atropello mortal de un peatón en 2003. El bailaor disfrutaba desde enero de 2009 de la libertad condicional, con lo que a todos los efectos llevaba ya una vida normal.
Fuentes judiciales explicaron a Efe que Farruquito, que ingresó en prisión el 16 de enero de 2007, fue un preso "ejemplar" y ello le permitió acogerse a todos los beneficios penitenciarios a los que tuvo derecho.
El bailaor, de 27 años, fue condenado a dos años de cárcel por homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad del tráfico, y a un año más por omisión del deber de socorro por el atropello mortal del peatón Benjamín Olalla la noche del 30 de septiembre de 2003, cuando circulaba por el Polígono San Pablo a mayor velocidad de la permitida y sin tener ni carné de conducir ni seguro para el coche. El BMW que conducía no tuvo tiempo de frenar ante el paso de cebra por el que cruzaba la víctima, que sufrió un golpe mortal, y Farruquito se dio a la fuga sin pararse a prestarle ayuda.
Por este crimen fue detenido en primer lugar su hermano menor, que entonces tenía 15 años y que durante un mes fue considerado autor material del atropello, ya que así lo confesó él mismo a la Policía.
Sin embargo, unas escuchas telefónicas que se realizaron por un asunto diferente permitieron escuchar a un policía, al que Farruquito había pedido consejo, aportar datos que permitieron a los investigadores deducir que era el bailaor quien conducía cuando se produjo el atropello.
Farruquito ingresó el 16 de enero de 2007 en la cárcel de Sevilla, donde cumplió 14 meses hasta que en marzo de 2008 se le concedió el tercer grado, que sólo le obligaba a acudir a prisión para dormir.
En enero de 2009 obtuvo la libertad condicional y se le retiró la pulsera telemática que llevaba para tener controlados sus movimientos, con lo que a todos los efectos comenzó a llevar una vida normal, sin ninguna medida de control ni tampoco restricciones. Podía incluso viajar, ya que el juzgado admitió que era necesario para su profesión y que hacerlo no suponía riesgo de fuga.
Desde entonces, el condenado no ha tenido ningún problema con la Justicia que haya obligado a suspender o modificar las condiciones de su libertad condicional, recuerdan las fuentes.
El juez de Vigilancia Penitenciaria de Sevilla le concedió la libertad condicional, según lo previsto en la ley, tras un informe positivo sobre su comportamiento en prisión, donde compartió celda con otro recluso, colaboró con la escuela y mostró un comportamiento positivo y muy colaborador.
La condena de cárcel que le impuso la Audiencia, elevando la que había dictado el juzgado, incluía el pago de 102.500 euros de indemnización para la viuda de Olalla y de 16.550 euros para los padres del fallecido, que el bailaor abonó al inicio del proceso judicial.