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Fascinación por Carla

Hay que reconocer que las noticias sobre el glamour de Carla Bruni y los altibajos de carácter de Sarkozy consiguen tapar, con indudable eficacia, otras noticias. Francia inunda los informativos de las televisiones y cientos de páginas de periódicos de medio mundo con la famosa y singular pareja presidencial...

el 15 sep 2009 / 03:38 h.

Hay que reconocer que las noticias sobre el glamour de Carla Bruni y los altibajos de carácter de Sarkozy consiguen tapar, con indudable eficacia, otras noticias. Francia inunda los informativos de las televisiones y cientos de páginas de periódicos de medio mundo con la famosa y singular pareja presidencial, a costa de que pasen desapercibidas otras cuestiones realmente importantes. Un reciente informe elaborado por Laurent Cohen-Tanugi, para el Centro de Análisis Estratégico del Gobierno francés, no ha tenido prácticamente repercusión mediática, a pesar de su indudable interés. A iniciativa de la ministra gala de economía, Christine Lagarde, este analista ha revisado la vigencia de la Agenda Europea de Lisboa. El llamado consenso de Lisboa se definió, en el año 2000, para superar la brecha entre Europa y Estados Unidos en competitividad económica y economía del conocimiento. Un decidido compromiso de estímulo a la I+D, a la innovación y a la formación continua de los recursos humanos del viejo continente. El Gobierno francés, con este documento que ha denominado Euroworld 2015. Una estrategia europea para la globalización, ha valorado el escaso éxito de esta iniciativa del año 2000. Constatando, además, la escasa virtualidad de la apuesta por la innovación, si no se combina con sensibilidad ante los nuevos retos de la globalización económica y los problemas contemporáneos del estado nación, como espacio político esencial para la cohesión social e incluso para el propio ejercicio democrático.

Lo cierto es que mientras en el 2000 el reto era superar a Estados Unidos, hoy el diagnóstico ha cambiado como consecuencia del enorme crecimiento de los países emergentes, así como de la complejidad derivada de la ampliación de la propia Unión Europea. El Informe de Cohen-Tanugi propone un "Lisboa Plus", un reenfoque de las estrategias de impulso a la innovación, que tengan en cuenta los retos crecientes de la globalización económica. Sugiere que ya no es imposible un enfoque exclusivamente endógeno de la innovación. Propone tener en cuenta hechos irreversibles como el impacto económico y social del cambio climático, los flujos migratorios, la "diplomacia" energética y medioambiental, la cooperación internacional en materia de desarrollo económico, la revisión de los espacios políticos y la definición de sectores económicos sensibles. Como concluye Cohen-Tanugi, una estrategia institucional de apoyo a la innovación exige una mayor sensibilidad a las nuevas realidades de una economía global.

Un documento para el análisis e incluso la polémica, que abre un debate acerca de los límites de las políticas de crecimiento conocidas. Combinando eficacia de la acciones del gobierno con la percepción del espacio político, con políticas transformadoras que tengan en cuenta los nuevos fenómenos de este principio de siglo y que tengan el suficiente sentido de las prioridades en un espacio tan grande y pequeño como es la Unión Europea. Al parecer, hay vida sin Carla.

Abogado

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