El francés Pierrick Fedrigo (BBox-Bouygues) se apuntó la novena etapa -tercera pirenaica- tras superar al 'sprint' al italiano Franco Pellizotti en la esperada jornada del Tourmalet, entre Saint Gaudens y Tarbes, en la que no hubo batalla entre los favoritos y el italiano Rinaldo Nocentini conservó el maillot amarillo.
Fedrigo, de 30 años y ganador hace tres años en Gap, se jugó la gloria con Pellizotti en un todo o nada después de una escapada que tuvo su génesis en el kilómetro 20. Le ganó por velocidad en la recta de llegada, respondiendo al ataque de su rival.
El pelotón, que se organizó en el descenso del Tourmalet, llegó con 34 segundos de retraso, encabezado por Óscar Freire, que lamentó que los escapados tuvieran "la suerte de llevar el viento a favor". También lo intentó de nuevo José Joaquín Rojas (Caisse d'Epargne), que se conformó con la sexta plaza.
El Tour saldrá de los Pirineos con la general casi intacta. Lo único destacado en tres días, el salto de dos kilómetros de Contador en la meta de Arcalis. Y para de contar. Así, el líder sigue siendo el italiano Nocentini; el madrileño, gran candidato, le sigue a 6 segundos y Armstrong es tercero a 8.
Un desenlace de etapa llana, sin espectáculo, sin batalla en los puertos de leyenda, esta vez el Aspin y el gran Tourmalet. Con la cima del coloso a 70 kilómetros de la meta, la jornada no cumplió las expectativas. La actitud parsimoniosa en el ascenso al gigante pirenaico fue penosa.
A falta de nombres ilustres, la etapa la trabajaron a fondo un grupo de nueve corredores que saltaron a las primeras de cambio. Allí estaban Fedrigo y Pellizotti, los animadores de un día de bostezo. Pellizoti y Fedrigo, acompañados del alemán Jens Voigt, pasaron escapados el Col de Aspin, con una ventaja de tres minutos sobre un grupo perseguidor donde marchaban, entre otros, los españoles Amets Txurruka y Egoi Martínez (Euskaltel) y Juanma Gárate (Rabobank) y el portugués Sérgio Paulinho, uno de los gregarios del Astana.
Quedaba el Tourmalet (17,1 kms al 7,1 por ciento) como última dificultad pirenaica de la presente edición, en esta ocasión con la cima a más de 70 kilómetros de la meta, es decir, una leyenda de la montaña, el puerto más escalado en la historia centenaria del Tour con un papel secundario, para cerrar un paso intrascendente por la cordillera.
Pellizotti, tercero en el Giro, atacó a 10 kilómetros de la cima para eliminar a Voigt y llevarse a su rueda a Fedrigo. El italiano tuvo el honor de coronar la cima instalada a 2.114 metros.
El grupo perseguidor pasó a 2'50" con Egoi Martínez convertido en líder de la montaña. Entre los favoritos, cero ataques y todo el peso para el Ag2r del líder Nocentini. Luego, Caisse d'Epargne y Rabobank trataron de atrapar a los fugados, pero era tarde: Fedrigo se llevó la gloria.
