La primera victoria de la temporada ha llegado. Trabajito ha costado pero Emery puede respirar tranquilo, al menos, hasta el próximo sábado. El Sevilla, que tan felices se las prometía durante la pretemporada y que tanto ilusionaba y que bordó el fútbol en el Teatro de los sueños, iba camino de convertirse en una gran fiasco si el Rayo hubiera sacado algo positivo ayer en Nervión. Y quién sabe si se hubiera llevado por delante a Unai Emery y los nervios de unos y otros hubieran provocada la gran marejada que nadie desea en el fútbol. Durante algunas fases del partido comenzó a sonar ese temido run run en la grada que indica que la cosa no funciona y que el rival se está comiendo al Sevilla. Porque aunque los blancos fueron ayer más equipo que en los últimos partidos el juego no era vistoso y el buen hacer del Rayo metió miedo a la grada, y mucho. Gracias a la victoria, la afición sevillista puede al menos disfrutar hasta el sábado, sin olvidar que los tres puntos todavía no son nada con todo lo que queda por delante. La situación en la tabla sigue siendo muy complicada y urge que las victorias vayan cayendo una tras otra, y si son fuera de casa pues mucho mejor, para qué engañarnos. Ya toca. El club no ha definido este año un objetivo claro pero la zona europea está en la mente de todos y la meta esta ahí, aunque desde la zona noble del Sánchez-Pizjuán no se quiera decir claramente. Lo que sí tiene ya mosqueado a más de uno es el manido debate sobre la posición de Ivan Rakitic. Muchos sevillistas se preguntan ya abiertamente por qué esta discusión futbolística la provoca que Marko Marin únicamente quiera jugar en la zona de mediapunta y no sea capaz de ceder el puesto al croata con permiso de Unai, lógicamente y colocarse él más pegado a la banda. El alemán ha demostrado que tiene clase, mucha clase, y que es un gran jugador aunque ayer pasara prácticamente desapercibido. No obstante, si el ya casi croatasevillano sigue marcándose partidos como el de ayer y continúa demostrando que ahora mismo es el que más tira del carro, que es igual de sevillista que cualquier chaval de Pino Montano y encima marca dos goles, pues que Marin continúe en la mediapunta, la verdad. Y por mucho tiempo.