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Felipe González avala el pacto andaluz pero ve difícil la sintonía PSOE-PP

El expresidente insta a Griñán a servirse de un mediador que acerque posturas al margen de intereses partidistas.

el 18 ene 2013 / 20:38 h.

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33 El expresidente del Gobierno, Felipe González, muestra el informe que le encargó el Consejo de Europa.

El expresidente del Gobierno, Felipe González, avaló ayer todos los pactos políticos de los que habló. Mencionó tres: un pacto europeo entre las naciones más sólidas de la UE para plantarse ante las políticas de reducción del déficit que impone Bruselas, pero que inspira Alemania; un pacto de Estado que saque a España "de este agujero", impulsando "un consenso" para acabar con la crisis "económica, social, financiera, política, territorial e institucional". Y un Pacto por Andalucía, que aglutine a todos los partidos y agentes sociales en torno a la idea de impulsar la productividad y frenar el paro. Los dos primeros pactos no existen, son propuestas del propio González como hoja de ruta de salida a la crisis. El tercero es una apuesta del presidente José Antonio Griñán, que ha echado a rodar esta semana. González bendijo ayer la idea, pero no ocultó su escepticismo. "En Andalucía, ¿va a haber un pacto de Gobierno con la oposición después de un proceso electoral complejo en el que unos han ganado pero no han ganado? No me pega", dijo.

El expresidente pronunció una conferencia en el Parlamento sobre los retos de la UE. El salón de usos múltiples se llenó y hubo que habilitar otras salas. En primera fila, miembros de la Junta y de la ejecutiva del PSOE-A. "Ojalá salga ese pacto, no digo que no vaya a salir, sino en qué condiciones debería salir", insistió. A González le cuesta menos imaginar un acercamiento entre España, Italia, Portugal y Francia para contestar "la economía del austericidio" que propugna Alemania, que un acuerdo PSOE-PP-IU en el escenario político andaluz. No en vano, había arrancado su conferencia con toda una declaración de intenciones: "Pertenezco a una tribu, pero me siento libre de decir lo que pienso". Sus dudas no le impidieron sugerirle a Griñán que eche mano de "una instancia deliberativa [una suerte de mediador externo] para que preparase el pacto, alejado de los intereses de partido", alguien capaz de encontrar la zona desmilitarizada entre socialistas y populares. En su ronda de contactos, Griñán se reunió ayer con la Confederación de Entidades para la Economía Social (Cepes) y con los sindicatos agrarios Asaja, COAG y UPA. El presidente de Cepes, Antonio Romero, le pidió que el pacto incluya instrumentos para impulsar el "relevo generacional" que permita que los jóvenes aporten a la economía, mientras que las organizaciones agrarias le reclamaron "más concreción".

Empleo // Al margen del pacto andaluz, González dedicó su conferencia a alertar sobre los riesgos de las políticas de contención del déficit y el peligro que corre el "modelo de la economía social". "China es la fábrica del mundo, el primer acreedor de la deuda de Occidente y una potencia tecnológica. No podemos competir con ellos recortando gasto social, porque nunca vamos a tener unos salarios tan bajos como los chinos. Hay que competir produciendo excelencia, I+D+i y educación", dijo.

El expresidente cuestionó la capacidad de los dirigentes europeos para lograr una solución, por su "torpeza e ineficacia", dijo, "por no ser buenos arquitectos para construir Europa ni buenos bomberos para prevenir el fuego" que arrasó Grecia y chamusca España. "Por este camino, no se puede excluir la liquidación del euro", dijo.

González criticó a Rajoy y a otros jefes de Estado de la UE por atribuir a Bruselas la autoría de los recortes que aplican en sus países. Bruselas no tiene tanto poder para imponer, los países más sólidos de la UE pueden plantar cara, dijo, y luego acusó a la canciller alemana Angela Merkel de "cargarse" la construcción europea por una defensa "alicorta" de los intereses nacionales y "falta de visión europea". El exmandatario instó a Bruselas a activar los fondos del Banco Central Europeo y del Banco Europeo de Inversiones, 75.000 millones en líneas de crédito por año. Con ese dinero, propone crear una especie de Erasmus, con la primera oportunidad de empleo para 5 millones de jóvenes. "Hay que parar esta máquina de destrucción del aparato productivo", dijo, "Europa no tiene un problema de solvencia, sino de liquidez", sentenció. H

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