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Felipe González: "El PSOE ha perdido la vocación de mayoría y deberecuperarla"

El expresidente analiza la situación actual y reta a los críticos a poner ideas sobre la mesa y no a plantear un debate de ideas

el 02 dic 2012 / 12:23 h.

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El PSOE homenajeó ayer el 30 aniversario de la llegada al Gobierno de Felipe González, el líder más carismático que ha tenido el partido, justo en un momento de crisis de liderazgo y en la mayor travesía del desierto para los socialistas, que cosecharon hace un año los peores resultados electorales de su historia y que, lejos de remontar, continúan perdiendo apoyos como se ha demostrado en los últimos comicios autonómicos.

En medio de ese debate abierto, González advirtió de que uno de los principales problemas que atesora el PSOE es que ha perdido “su vocación mayoritaria”, por lo que instó a recuperarla y hacerlo “mirando a la sociedad, no de manera sectaria sino con espíritu de consenso y capacidad de dialogar”, proclamó, tras asegurar que ya en 1982 él tenía esa vocación de alcanzar la mayoría absoluta aunque su partido no lo creyese posible: “No pensaba en con quién nos íbamos a coaligar, tenía vocación mayoritaria”.

Fue una de sus primeras intervenciones ante 2.000 personas en el Palacio de Congresos de Madrid que se escenificó en forma de debate con el secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que le respondió que se propone hacerlo con un proyecto de “radicalismo reformista” y dando “el do de pecho” para servir a España, ante un atento auditorio en el que se encontraban el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, el exvicepresidente Alfonso Guerra, 40 exministros y decenas de cargos y exdirigentes socialistas.

González incidió en que para lograr la confianza es necesario que un líder político se vea capaz de ofrecer un proyecto creíble y avisó de que la “debilidad” del PSOE será debilidad de España. El expresidente arropó al PSOE frente a quienes les reprochan haber incurrido en contradicciones cuando gobernaban porque, a su modo de ver, “todos los partidos con vocación mayoritaria” tienen que “soportar contradicciones”, y añadió que él está siempre dispuesto a revisar sus posiciones “en beneficio del proyecto y la hoja de ruta”. Mostró su respaldo a Rubalcaba al decir que ese proyecto como mejor se hace es debatiendo con la sociedad más que en un debate interno: “Pero si van a hacer un debate interno, ahora que dicen que hay que escuchar a las bases, no digan que hay que hacer debate de ideas, pongan una sobre la mesa”.

Rubalcaba replicó que, para reclamar el apoyo a los ciudadanos, tiene que construir un proyecto que dé respuesta a sus preocupaciones. “El PSOE tiene que decirle a España por dónde vamos a salir de la crisis porque nadie se lo dice”. Definió este proyecto como de “radicalismo reformista”, y precisó que debe ser algo más que un mero programa electoral, algo similar a lo que el PSOE hizo en 1982, dado que debe dar respuestas a problemas similares a los de entonces: el problema territorial, la crisis y el Estado del Bienestar, que entonces se creó y ahora debe defenderse. “Los partidos son fuertes sobre todo cuando se lo creen. Éste es un gran partido que tiene un objetivo, volver a servir a España porque es el momento de decirles a los españoles que no vamos a fallar”, arengó Rubalcaba.

Antes, dio algunas pistas de por dónde irá ese proyecto, que incluiría “cambios electorales” para promover una democracia de “24 horas y siete días a la semana”, en la que los políticos rindan cuentas de manera permanente. Y propuso a su partido “abrir una reflexión” sobre el uso de referendos, dada la “posición complicada” ante la petición de los sindicatos de un referéndum sobre los recortes.

González propuso hacerlos coincidir con las elecciones para separarlos del deseo de castigo a los gobiernos. En materia de reformas, planteó “abrir las listas” electorales para acabar con la “endogamia”, aunque tenga “riesgos”.

Relató que cuando entró por primera vez en la Moncloa estaba, literalmente, “acojonado” y también desveló que el pasado 30 de noviembre, coincidiendo con el 30 aniversario de su investidura, le llamó el Rey desde el hospital para felicitarle. También aludió al referéndum sobre la permanencia en la OTAN, que cree que le costó más votos que la reconversión industrial. Y abundó en que lo más preocupante no son los recortes del PP, sino el cambio de modelo y la destrucción de la cohesión, el “contrabando ideológico” aprovechando la crisis. Hubo alusiones a Aznar y a su “cuaderno azul”. Y, a pesar de que le ganó las elecciones, González remachó que a él la gente le considera “un triunfador”, y cree que no les falta razón porque él pudo sacar adelante su proyecto.

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