Francisco Núñez. Con una docena de títulos publicados, Francisco Núñez Roldán (Madrid, 1949) es uno de los nombres más destacados de la literatura histórica española. Así lo confirma su última novela, Jaque al peón, que le valió el XVII Premio de Novela Ciudad de Badajoz, y acaba de ver la luz en el sello Algaida. La trama arranca en 1578, tras la muerte del rey don Sebastián en el desastre de Alcazarquivir. Portugal se ha quedado sin rey y Felipe II aspira al trono que le disputan don Antonio, prior de Crato, y la duquesa de Braganza. Las potencias europeas, incluido el papado, recelan del inmenso imperio que acabó resultando de las dos coronas sobre una sola cabeza, en 1580. Para tal unión será vital la actuación de don Cristóbal de Moura, un personaje que cayó en las manos de Núñez Roldán por casualidad, pero que se reveló en seguida como protagonista idóneo de una ficción. «Leí las cartas que Cristóbal de Moura y Felipe II intercambiaron cuando éste empezó a algergar sus pretensiones y le pidió a aquél que se fuera a Lisboa. Empecé a indagar y encontré un personaje interesante, pero de una vida muy oscura y desconocida», recuerda el escritor. Claro que esa oscuridad puede ser un estímula añadido para un novelista: «No me ha hecho falta distinguir demasiado entre el personaje histórico y el de ficción», asegura Núñez Roldán. «El portugués Cristóbal de Moura real fue también complicado, inteligente, perspicaz, muy fiel a Felipe II, y en definitiva muy novelesco. Solo tuve que recrear las conversaciones y añadir, para darle un interés añadido, algún enredo amoroso». En efecto, hay en Jaque al peón una subtrama amorosa que tiene también su dimensión social, pues el protagonista cae rendido ante una dama de distinta clase social a la suya, lo que en la época podía suponer un serio obstáculo. «Se trata de una historia de amor morganático, que le obliga a saltar por encima de las barreras sociales, como sucedía de vez en cuando en aquel tiempo», explica el autor. «Quise que tuviera el amor que él eligiera, el que verdaderamente le llenaba, aunque acabaría casándose con doña Margarita, miembro de una de las familias más nobles de Portugal». Según confiesa este madrileño afincado en Sevilla desde hace ya muchos años, el principal escollo en el proceso de escritura ha sido «estudiar la época, trabajar mucho el contexto y ahondar en las costumbres de la época», enumera. Para ello también ha debido patearse Lisboa tratando de imaginar cómo era la capital portuguesa antes del terremoto, tan distinta en el fondo de la ciudad actual. Otra tarea de reconstrucción ha sido la idiomática, aunque Núñez Roldán opta por adaptar el lenguaje de la época para facilitar la lectura. «Una novela histórica no puede estar contada como si hubiera sido escrita en el siglo XVI, pero cuando vas a las fuentes, los documentos, ese lenguaje arcaico te deja su barniz, su pátina, e impregna lo que escribes con un aroma de antigüedad». Aunque la trama novelesca es muy compleja, Núñez Roldán trata de llegar a una recuperación amable del personaje de Felipe II como «un rey eficaz y en ningún caso tan malo como lo pintan. No más, desde luego, que Isabel de Inglaterra o Enrique III deFrancia, o el papa Gregorio XIII. No fue ni más cruel ni más duro con sus subordinados que estos monarcas», subraya. Por último, el escritor afirma que su próxima novela tal vez girará alrededor de la guerra civil española, aunque reconoce. «Yo me documento, pero la novela viene cuando quiere, no cuando lo digo yo».