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Sebastian Vettel gana el GP de Malasia y Fernando Alonso abandona en la segunda vuelta

El asturiano dañó el alerón al arriesgar en la salida y no entró en boxes para repararlo, instantes después se le rompió del todo y tuvo que abandonar la carrera.

el 24 mar 2013 / 09:33 h.

Vettel Vettel, Webber y Hamilton, en el podio de Sepang. El piloto alemán de Red Bull, Sebastian Vettel, ha conseguido la victoria en la carrera del Gran Premio de Malasia, disputado este fin de semana en el Circuito de Sepang, por delante de su compañero de equipo, el australiano Mark Webber, y del británico Lewis Hamilton (Mercedes), mientras que el español Fernando Alonso (Ferrari) se quedaba fuera de carrera en la segunda vuelta, tras un toque en la salida. Red Bull ha dado en recital, consiguiendo un doblete y aprovechándose de la situación de carrera, con Alonso fuera de pista desde el inicio, lo que permitió a la escudería británica realizar una estrategia más conservadora para acabar haciéndose con los primeros puestos del podio. Todo parecía listo para una victoria fácil de Vettel, pero el alemán tuvo que pelear mucho para superar a su compañero de equipo. Alonso naufragaba a las primeras de cambio en su carrera número 200 en la Fórmula 1. El asturiano tenía un toque con Vettel en la salida que hacía que se descolgara su alerón delantero por un lado. Al terminar la primera vuelta, su equipo decidía no pasar por 'boxes' para cambiarlo, ya que perderían demasiado tiempo, arriesgando y pensando que no descolgaría del todo, pese a que el alerón del asturiano tocaba en ocasiones el asfalto. Sin embargo, la suerte no estaba de lado del español, que sólo 700 metros después de la entrada del 'pit lane', veía cómo el alerón se descolgaba por completo y se metía debajo del coche, lo que hacía imposible la maniobrabilidad y Alonso se salía de la pista. Con él fuera de carrera, la carrera fue mucho más fácil para los Red Bull, que rodaron sin problemas hacia la victoria. La lluvia había hecho su aparición minutos antes de que arrancara la prueba, dejando muy perjudicadas las tres primeras curvas del trazado, por lo que los pilotos decidieron empezar con neumáticos intermedios. Pero las nubes dejaron su hueco a los rayos de sol, que secaban poco a poco la pista y daban pie a pasar por 'boxes' para cambiar los neumáticos. El 'pit lane' se convirtió en un caos. El primero en probar fue Vettel, que se acabó llevando el gato al agua. Tras él, poco a poco, todas las escuderías llamaban a sus pilotos para el cambio de neumáticos, convirtiendo el carril en un auténtico atasco. Los problemas se producían uno tras otro, produciéndose la imagen de la jornada con la entrada de Hamilton en el 'pit' de McLaren y no en el de su equipo. Red Bull dominó las primeras paradas y se hizo con los dos primeros puestos de la carrera. Webber lideraba por delante de Vettel y, pese a que todo parecía claro para una victoria del alemán, el adelantamiento definitivo no acababa de llegar, por lo que parecía que la escudería británica se conformaba con esa situación de carrera.

WEBBER Y VETTEL, CASO OMISO A LAS ÓRDENES.

Webber y Vettel habían instalado sus neumáticos duros y Hamilton estaba recortando tiempos con la cabeza, pero el británico no acababa de conseguir acercándose, mientras que, por delante, el morbo empezaba a sobrevolar. Vettel no se conformaba con ser segundo y quería pasar a su compañero de equipo, que no estaba dispuesto a ponérselo fácil. Vettel atacaba después de la segunda pasada por 'boxes' y Webber defendía su liderato, mientras que los oídos de los dos pilotos se hartaban de escuchar a sus jefes, que ordenaban que dejasen de disputarse la primera plaza. En uno de los intentos, los dos Red Bull llegaron a tocarse, sin consecuencias para ninguno. Finalmente, Vettel le ganaba la posición a Webber y el australiano decidía no intentar recuperar la posición. "Ha sido una estupidez", se escuchaba en la comunicación entre Vettel y su equipo. El alemán no contestaba y rodaba sin obstáculos hacia la victoria. Por detrás, las órdenes de equipo volvían a hacer su aparición. El alemán Nico Rosberg (Mercedes) era más rápido que Hamilton, pero su equipo le indicaba una y otra vez que no rebasara al británico, pese a que se encontraba a menos de medio segundo de él, por lo que fue Hamilton el que acabó subiendo al podio.

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