Caminos de ida y vuelta con África como telón de fondo. El artista sevillano Fernando Verdugo regresa a su ciudad natal, donde no exponía de forma individual desde 1993, para mostrar su Obra reciente, una serie de 17 piezas con el continente africano como nexo de unión.
"En los últimos 25 años en mi trabajo siempre hay caminos nómadas que van y vuelven, se inician y se acaban en África", explica Fernando Verdugo, que se ha hecho eco en su obra de la estética y también del drama del vecino continente. Dos elementos perfectamente perceptibles en Obra reciente, la exposición que inauguró el artista en la Fundación Aparejadores (C/ Gaspar Alonso. Edificio María Luisa. Local 2-4) y que permanecerá colgada en la sala hasta el próximo 8 de diciembre.
"Ésta es una muestra absolutamente atípica, porque ni aborda únicamente mi último trabajo, ni está hecha con una sola técnica artística ni es tampoco una antológica. Se trata de una exposición que yo he concebido a partir de una pregunta que me hice en un momento determinado: ¿Por qué África?", indica el artista, cuyo trabajo se caracteriza por la investigación en el mundo de la abstracción y por la incorporación de delicadas texturas y materiales. "Yo me expreso a través de la materia, pero no exclusivamente. También he hecho grabado tradicional y, en los últimos tres años, he estado investigando con las matrices digitales del arte digital", señala Verdugo.
Esta última técnica aparece reflejada en la serie Madonnas somalíes de la exposición, donde el artista retrata el drama de las mujeres somalíes refugiadas en Kenia. "Todo comenzó cuando contemplé el libro Un camello para el hijo del fotógrafo Fazal Sheik. Él supo captar la parte bella que hay en el ser humano pese a vivir situaciones límite, y yo he jugado a reinterpretar esas instantáneas", cuenta Fernando Verdugo, que confiesa que "el drama humano" le impresiona "muchísimo".
"Siempre me ha motivado mucho el drama humano, pero no he caído en el drama inmediato porque la obra de arte se percibe en un periodo de tiempo dilatado y un exceso de drama a veces aparta la mirada del espectador", explica el artista. "En las obras de la exposición en las que predomina el color blanco lo que he hecho ha sido bajar la intendidad visual para que no produzca rechazo y presentar el drama de una forma delicada, humana, suave. Y es que el exceso de dramatización en el arte me da mucho miedo", añade el hispalense.
Fiel a su estilo, Fernando Verdugo vuelve a mostrar en esta colección "los colores de la arquitectura sevillana". "No me sé mover en otros colores que no sean los de la arquitectura sevillana, que son también los de la arquitectura primitiva de medio mundo", desvela el artista, que recurre a sus tradicionales añil, albero, cal y almagre y, por primera vez, emplea el rojo y el azul. "Estos tonos es la primera vez que aparecen, y lo hacen por el tema que representan", justifica el sevillano, que ya está trabajando en la muestra que inaugurará el próximo mes de febrero en la galería Isabel Ignacio de la capital hispalense.
"La muestra que estoy preparando también versará sobre África, un tema que ocupa una parte básica de mi obra. Se trata de un trabajo matérico en el que se retrata la parte bella y esencialista de ese continente. Es una mirada a África minimalista, en la que no abundan los elementos ornamentales, y en la que la terracota aparece de manera muy recurrente", adelanta Verdugo, que asegura que la fuente de inspiración de un artista es "un fenómeno complejo". "A veces la motivación puede venir de un impacto inmediato o de la memoria de algo que la pone en funcionamiento. Es entonces cuando se activan los paraísos perdidos, una de las fuentes de inspiración más importante del artista".
