Mañana es el día. Fibes (Ayuntamiento, Diputación y Cámara de Comercio) pondrá la primera piedra de su ampliación tras cinco años desde que el arquitecto Vázquez Consuegra ganara el concurso de ideas convocado. En tan espinado camino, los empresarios se desmarcaron, Emvisesa tuvo que tomar las riendas, se cambió el proyecto e IU cuestionó la financiación.
El trayecto hasta llegar al inicio de las obras -que durarán dos años- ha sido largo y tortuoso. Después de que en hasta nueve ocasiones el Ayuntamiento anunciase el inicio de los trabajos para la ampliación del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla, Fibes parece encarar por fin el proyecto más de siete años después de que se pusiera sobre la mesa la necesidad de acometerlo. Y es que los miembros del consorcio tienen claro que si la ciudad no dispone de un recinto de negocio más grande, seguirá sin poder organizar congresos de gran envergadura. El desarrollo económico y turístico depende de ello.
El diseño del prestigioso arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, que ganó en 2003 el concurso para elegir cómo completar el actual semicírculo del recinto de Sevilla Este, ha visto cómo se quedaba vacía la puja abierta para que las constructoras se hiciesen cargo de la faena. Quedó desierto el concurso público y el procedimiento negociado. Y es que el sector privado consideró que el proyecto inicial no era rentable. Para obtener ingresos con que paliar la obra, el Consistorio ordenó la liberación de los suelos aledaños a Fibes, que serán explotados por terceros en forma de hoteles, centros de salud o incluso VPO.
Y al final, será la empresa municipal de la vivienda, Emvisesa, la que acometerá las obras de ampliación presupuestadas por Acciona, Rus y Abengoa en 66 millones de euros. Estas empresas serán las constructoras.
Será el final de un viaje en el que, además de florituras presupuestarias para determinar qué porcentaje le tocaba pagar a cada administración, Fibes se ha tenido que enfrentar a la negativa permanente del Gobierno central a aportar la parte del pastel que se le solicitaba. Finalmente, llegó una partida de un millón de euros en los presupuestos de 2008. Y se han comprometido a aportar 16 millones en varios años, aunque el alcalde les pidió 30.
Las cuentas.
Además, la Junta desembolsará 16,8 millones de euros; la Diputación Provincial, 2,7 millones, y el Ayuntamiento unos 14 millones. De la explotación de los terrenos municipales colindantes se prevén obtener otros 35 millones de euros y un canon anual de casi un millón. Empresas como las clínicas Quirón han mostrado interés por instalarse allí.
Además, la ampliación de Fibes creó un conflicto entre los socios de Gobierno, ya que IU se opuso a que Emvisesa (la única empresa pública con buenos resultados) se endeudase. El PSOE, entonces, evitó el veto de IU asegurando que la encomienda de gestión no deparará números rojos a las cuentas de Emvisesa: ella pedirá el préstamo, pero una vez hecha la obra, el Consorcio de Fibes se hará cargo del pago del crédito. Y así ha habido fumata blanca.
Mientras Emvisesa buscaba una entidad crediticia para hacer frente a la financiación -será el BBVA-, el consorcio gestor del recinto se planteaba la necesidad de modificar los porcentajes de participación del Ayuntamiento y la Diputación, pues el ente supramunicipal se negó a incrementar sus aportaciones, lo que provocó asperezas. De hecho, el Consistorio barajó una reformulación del modelo de explotación de Fibes argumentando que ha sido la administración que ha asumido un papel preponderante en la ampliación. Está por ver si cuaja.
