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Fiestas en la República de la Alameda

Sus valores son lo popular, lo joven, lo anticomercial. Se llama Alamedeando y es una especie de multiverbena cultural que tendrá en danza al barrio hasta el domingo.

el 16 sep 2010 / 20:57 h.

El espíritu de la vieja República tiene querencia por la Alameda. Esta vez se manifiesta con un festejo popular al que se ha apuntado medio barrio, empezando por los bares y las tiendas, y que viene definido por lo extremadamente popular, por lo inmensamente juvenil (y, por lo tanto, rebelde y con su puntito de alegre desfachatez), por la desmercantilización y puesta a disposición del público del concepto de cultura (o al menos, de cultura de base: la que define a una persona o grupo). Alamedeando hace títeres con desperdicios, recita a Miguel Hernández, difunde los valores y la mentalidad más progresistas a través de las artes escénicas, se lo pasa pipa con el flamenco, da vía libre a quienes no frecuentan las rutas de navegación del negocio del arte y se pone hasta el gorro de comer y de echarlo luego para abajo paseando. Vecinal hasta la médula. Pero esto es sólo una descripción mínima, apenas una visión general, de modo que lo mejor es acercarse y que cada cual extraiga del fenómeno sus propias conclusiones. Porque Alamedeando es gratis de cabo a rabo.

Es la tercera vez que se organiza. Lo hace la asociación cultural La Matraka con el apoyo del Ayuntamiento. Se desarrolla en tres espacios principales: uno, la Casa de las Sirenas, ese gran centro cívico de la Alameda de Hércules, de cuya programación de actividades para estos días se encargan las alrededor de treinta asociaciones agrupadas en la plataforma Se Villa Qultural (SVQ). Casi todos son jóvenes y llenan el edificio de tebeos, charlas, juegos, música y talleres. Además, está la calle, presidida por los escenarios del llamado Espacio Juventud (conciertos y espectáculos). Y luego están los comercios colaboradores, donde lo mismo actúa un cuentacuentos que se exponen fotos o sencillamente se tapea, se bebe o se baila, si es lugar adecuado.

La Alameda de Hércules, que lo mismo está para una fiesta de la bici que para un carnaval, avanza inexorablemente hacia un modelo de plaza pública basado en ese concepto de la cultura de base relacionada con las raíces, con lo espontáneo, con lo autóctono, con lo colectivo, con hacer las cosas de abajo arriba y no de arriba abajo, aun cuando la autoridad se presta a colaborar. El resultado es una amplísima oferta donde aparecen el circo, el teatro, el vídeo, el flamenco, el rap, el pasacalle, la pintura, la magia, los cuentos, la fotografía, la poesía, la artesanía y todo cuanto quepa bajo el ancho epígrafe de lo alternativo. Quien sienta el impulso de disfrutarlo, sepa que tiene hasta el domingo. Y sepa también que callejear y probar es lo mejor de todo el programa.

De utlidad:
http://sevillaqultural.blogspot.com

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