Los presupuestos para Andalucía del próximo año serán aprobados por el Parlamento la víspera de Nochebuena. Antes serán debatidas las dos mil quinientas enmiendas presentadas por los grupos políticos parlamentarios. La mayoría enfocadas a la solución de problemas de la crisis económica, según el criterio de los promotores. Los medios de comunicación reflejarán una parte de un debate que se califica como el más importante del año. En efecto, lo es; entre otras razones por su condición didáctica. Su filosofía deberá aplicarse especialmente por quienes lo gestionan, pero existen evidencias sobre debilidades que afectan a la financiación autonómica, que comienza en el gasto. La explicación es sencilla. Si la Administración favorece a las empresas con residencia fiscal en Andalucía, ésta elevará los ingresos por esa vía recaudatoria y la consecuencia será la de aumentar financiación autonómica. Pero además liga factores de similar incidencia en los que insiste el proyecto de presupuestos y buena parte de las enmiendas: el apoyo a la pequeña empresa y el empleo.
La parte compleja radica en la necesidad de sortear normas europeas que protegen la competencia global. En otras comunidades y países las regatean legalmente y, desde luego, no promueven concursos públicos a los que sólo pueden acceder multinacionales con residencia fiscal en otra parte. En ese y otros aspectos convendría instruir a quienes acceden a responsabilidades públicas en los estadios medios, que son quienes ejecutan las órdenes. No sólo deben atender a los números, sino al espíritu con el que se aprueban. Está entre sus obligaciones la de aplicar un concepto que por repetido resulta tópico, el de motor del desarrollo de todas y cada una de las partidas presupuestadas. En Andalucía, la Administración es el principal, así que cuanto mejor funcione, mayor será el desarrollo y más rápida la salida de la crisis, que es lo que toca. En este aspecto, conviene que los ciudadanos y las empresas no sean tratados como clientes a los que se atiende según su influencia, sino como contribuyentes que merecen la asistencia de quienes cobran de sus impuestos.
Periodista
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