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Financiación. Por encima de la media

Los socialistas andaluces auguran que la comunidad estará por encima de la media en la foto finish del sudoku sobre financiación autonómica: el territorio más poblado de la Península no podría ser despachado por menos, qué caramba...

el 16 sep 2009 / 05:34 h.

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Los socialistas andaluces auguran que la comunidad estará por encima de la media en la foto finish del sudoku sobre financiación autonómica: el territorio más poblado de la Península no podría ser despachado por menos, qué caramba.

El problema quizá estribe en que los andaluces no queremos estar por encima de nadie. Ni por debajo. Sino estar en nuestro sitio, el de la justicia, el de un modelo de financiación que no rompa las expectativas de convergencia entre los suburbios del Estado y sus zonas residenciales. Se supone que Andalucía quiere lo que pone su nuevo Estatuto, aunque lo votásemos cuatro y el guardia: que el criterio de población rija el reparto de los haberes. Pero que como también cabe deducir de su título VI y de varios debates parlamentarios, que contemple la autonomía y suficiencia financiera, garantía de financiación de los servicios públicos fundamentales, la corresponsabilidad fiscal y un espacio fiscal propio por parte de las comunidades y que todo ello, junto a la necesaria lealtad institucional y solidaridad, auspicie la libertad al definir el destino y volumen del gasto público.

Ignoramos qué quieren o qué dicen los andaluces de andar por casa porque este debate sólo parece existir para la pomada política o periodística. Al andaluz desconocido, le escama la Gripe A, se extraña de que sea preocupante la bajada de precios o siente escalofríos por la suerte de Marta. Pero la única financiación que le inquieta es la de cómo llegar a fin de mes con un millón de parados.

En Cataluña, es distinto. Este asunto se palpa en la calle, en la sociedad civil, en los mentideros. Y de ahí, su fuerza. Y de ahí, como parece, su parte de león. Los representantes públicos andaluces, quizá por su falta de empatía, han convertido este pulso con la administración central en un nuevo muñeco del pim-pam-pum mutuo. Ahora, Javier Arenas ganará titulares hablando del mayor atentado económico en 30 años de democracia, y Diego Valderas, ponderará sin que le falte razón que si el criterio de población baja del 90 al 80 por ciento, nos vamos a comer los mocos con el Plan de Suficiencia. Si nuestro pueblo les hubiera exigido que hubieran formado una piña en este frente de batalla otro gallo nos cantara.

Y quizá el presidente José Luis Rodríguez Zapatero hubiera llamado a José Antonio Griñán lo mismo que llamó a José Montilla para contarle de qué iba la cosa. Un gesto vale más que mil palabras. Y casi tanto como 3.000 millones de euros para Cataluña, en los próximos cinco años. Esa suma si que está por encima de la media.

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