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Finge un robo de joyas sin darse cuenta de que las tenía puestas

Un joyero simuló un secuestro para ocultar a su pareja dónde estuvo

el 19 may 2010 / 19:50 h.

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Un joyero del barrio de Nervión ha sido detenido por simular su propio secuestro y un robo de joyas en su negocio, todo para no contarle a su pareja dónde había estado durante una ausencia injustificada. Puesto a inventar, el hombre terminó cobrando parte de la indemnización del seguro, aunque fue descubierto: la primera pista la dio él mismo al poner la denuncia luciendo alguna de las joyas que, según aseguraba, le acababan de quitar. Por todo ello, se le ha imputado una simulación de delito.

 

El hombre puso la denuncia en noviembre ante la Policía Nacional, asegurando que había sido secuestrado e intimidado con un arma de fuego. Según su relato, dos individuos se le habían acercado cerca de su joyería y le habían obligado a entrar en la parte trasera de un vehículo por la fuerza, mientras lo golpeaban y lo amenazaban con un arma.

El joyero dijo que lo habían trasladado hasta las afueras de Sevilla, donde le habían sustraído joyas y otros objetos de valor. La denuncia fue recogida en la comisaría de distrito y trasladada al Grupo de Atracos, donde comenzaron las sospechas: al repetir su relato, el hombre cayó en varias contradicciones, además de lucir varias joyas cuyo aspecto era idéntico al que estaba describiendo en su denuncia y de no tener ningún signo de la agresión que supuestamente había sufrido. Los agentes, ante la tesitura de no poder demostrar que fueran las mismas alhajas pero viendo claro que el robo no era cierto, decidieron realizar una reconstrucción de los hechos.

Entretanto, y durante seis meses, el grupo de Atracos realizó distintas indagaciones técnicas que le confirmaron que el hombre no decía la verdad, por lo que, al realizar la reconstrucción y no poder explicar con claridad dónde había estado ni qué había ocurrido, el joyero fue detenido y trasladado a dependencias policiales. Ahí fue cuando terminó por admitir que sus denuncias eran falsas.

El hombre confesó que había orquestado semejante invención para ocultar una ausencia injustificada de su domicilio -la Policía no ha precisado dónde estuvo-, y entregó las joyas cuya sustracción había denunciado, por las que ya había cobrado parte de la indemnización de su aseguradora, aunque al no llegar a 400 euros esto último no puede considerarse un delito. Sí está imputado por la simulación de los delitos de secuestro y robo con violencia o intimidación.

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