El recuerdo a los seres queridos resistió ayer el calor, las obras e incluso la crisis. Miles de personas acudieron, como es tradicional, al cementerio con motivo del Día de todos los Santos, una conmemoración que se completará hoy con la tradicional Misa del cardenal de Sevilla, que se celebrará en la puerta de entrada principal al camposanto. En esta edición, el plan de reforma del cementerio ha marcado todos los actos, hasta el punto de que la situación del recinto se ha convertido en objeto de polémica política.
Los sevillanos recordaron a sus seres queridos entre andamios y zanjas, e incluso con algunos operarios. Las propias empresas llegaron al compromiso con el Ayuntamiento de dejar un dispositivo de cuatro personas para proteger los lugares donde se podían producir accidentes y orientar a los visitantes. Esta labor, se complementó con un dispositivo de limpieza puesto en marcha durante toda la semana y con instrucciones a las constructoras para que retirasen la maquinaria y paralizasen durante unos días su labor.
Pese a esto, los daños han sido inevitables y acontecimientos como la misa del cardenal, que será hoy, han tenido que cambiar de ubicación. Para el PP, esta situación responde a un serio problema de gestión. Su portavoz, Juan Ignacio Zoido, acudió al camposanto, escuchó numerosas críticas de los visitantes y acusó posteriormente al Gobierno local de "imprevisión y falta de sensibilidad": "Me gustaría haberme equivocado cuando dije que las primeras lluvias y el estado de algunas calles del cementerio exigían celeridad si no queríamos llegar al 1 de noviembre con un cementerio que no merecemos".
Desde el Gobierno local, respondió la delegada de Salud y Consumo, Teresa Florido, quien subrayó la inversión realizada y las medidas adoptadas estos días para que el impacto de los trabajos en los ciudadanos fuera el menor posible. Hoy, en el Día de los Difuntos, el cementerio afrontará su segunda prueba.
