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Fomento frena el desarrollo urbanístico de los antiguos cuarteles de Caballería

El Ayuntamiento contempla usar estos suelos para dar continuidad a la futura Tecnópolis del Pítamo así como completar el Parque lineal del Guadaíra.

el 08 jun 2014 / 23:59 h.

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Estado actual del antiguo Cuartel de Caballería Alfonso XIII entre Bellavista yBermejales. / José Luis Montero Estado actual del antiguo Cuartel de Caballería Alfonso XIII entre Bellavista yBermejales. / José Luis Montero

Casi dos décadas lleva cerrado y abandonado el antiguo acuartelamiento Alfonso XIII, conocido popularmente como los cuarteles del Regimiento de Caballería Sagunto 7, una de las joyas de la arquitectura militar sevillana que todavía se mantiene en pie, pese a los incesantes expolios que ha sufrido en estos años. Obra del ingeniero José Pérez Reina, Defensa le echó el cierre en junio de 1995 y desde entonces ha sido víctima del deterioro y los saqueos, perdiendo la mayoría de sus elementos constructivos y decorativos, como columnas de mármol, balaustradas, rejas metálicas, carpinterías, azulejos y su valiosa colección de cerámica decorativa.

Más allá del aspecto patrimonial, estos cuarteles suponen una interesante oportunidad de expansión para los barrios de Bermejales y Bellavista, puesto que incluyen un suelo de 149.393 metros cuadrados, destinados según el PGOU tanto a uso terciario –comercial, oficinas, hoteles– (78.000 metros cuadrados) como para usos de interés público y social (41.000 metros cuadrados). Todo esto, al margen de los 22.706 metros cuadrados de construcciones militares, que en gran parte deberán conservarse por su valor histórico. No está contemplada la construcción de viviendas.

Estos terrenos fueron cedidos al Ayuntamiento gracias a un convenio firmado con el Ministerio de Defensa en abril de 2007 para la incorporación al desarrollo urbanístico de aquellas instalaciones desafectadas del uso militar.

Pero para todo ello, el primer paso sería que el Gobierno vendiera estos suelos en subasta, tal y como ha hecho con otros terrenos como el antiguo cuartel de intendencia de la carretera de Su Eminencia. De hecho, el ministerio lo tiene previsto, pero no lo ha hecho hasta ahora «porque parte de sus terrenos se encuentran incluidos en un proyecto de traslado de la vía férrea de Cercanías». «Este problema no está resuelto actualmente, por lo que en estos momentos no se puede proceder a su venta», informan a este periódico desde Defensa.

En concreto, la obra que tiene paralizado el desarrollo de este solar data del año 2010. El Ministerio de Fomento anunció entonces que sometía a información pública un proyecto denominado Incremento de capacidad del anillo exterior de Cercanías de Sevilla y nuevo acceso ferroviario al Puerto. Su objetivo era aumentar la capacidad conjunta del ramal exterior de mercancías (variante de la Negrilla), mejorando la capacidad y prestaciones del anillo urbano para servicios de Cercanías y potenciando la línea circular C-4. Esta intervención, paralizada hasta ahora por la crisis económica, tocaría de lleno los terrenos de Caballería. Desde Fomento indicaron a El Correo que esta iniciativa se ha reactivado y que se está ultimando su redacción, que continuará con el trámite administrativo habitual hasta sacarlo a licitación, si bien no precisaron ni fechas ni plazos.

Cuartel de Caballería con los terrenos por desarrollar. / El Correo Cuartel de Caballería con los terrenos por desarrollar. / El Correo

Este escollo tiene congelado el desarrollo de una posible zona de servicios en una franja cercana a la urbanización de Jardines de Hércules, un núcleo en el que residen 15.000 vecinos que, pese a la abundancia de suelo reservado para usos sociales y comerciales, carecen de infraestructuras.

Esta parcela de casi 150.000 metros cuadrados fue valorada en el convenio del PGOU en 10,7 millones de euros. El propio Ministerio de Defensa define este solar como «estratégicamente situado» en su web de subastas previstas. Hace unos años, ya se dieron contactos entre el Ayuntamiento y la Universidad Loyola de Andalucía para situar allí su campus, por su cercanía a su sede provisional del complejo de Palmas Altas, si bien finalmente estas instalaciones optaron por ubicarse en Dos Hermanas.

Desde la Gerencia de Urbanismo indicaron a este periódico que para el desarrollo de estos terrenos es necesario, además de su venta por parte de Defensa, redactar un Plan Especial de Reforma Interior (PERI) que, entre otras cosas, defina de qué protección deberían gozar los antiguos edificios por su interés histórico y arquitectónico, así como procurar la conservación de las áreas con vegetación existentes. Esta actuación se inscribe en la estrategia más amplia del plan general para integrar en la ciudad las instalaciones militares obsoletas o en desuso.

A juicio del Consistorio, la localización del antiguo Cuartel de Caballería, junto al cauce del Guadaíra y en un punto de alta accesibilidad, es idónea para «su reciclaje con uso de equipamientos diversos de carácter metropolitano e implantación de nuevas actividades terciarias avanzadas en la banda de terrenos vacantes entre el cuartel y el ferrocarril, en continuidad con la nueva Tecnópolis del Pítamo». La intervención permite obtener los espacios libres que deberían completar el Parque lineal del Guadaíra, añaden desde Urbanismo.

La situación actual de los cuarteles de Caballería es lamentable por el deterioro que sufren, fruto del abandono al que llevan lustros sometidos a pesar de que todavía Defensa ejerce una vigilancia puntual de estas instalaciones.En la actualidad, se ha perdido la mayoría de los elementos decorativos, las ventanas y las fachadas están destrozadas y vandalizadas. El pasado invierno, sin ir más lejos, una ventisca provocó la caída de uno de sus muros, que fue repuesto por Defensa.

El origen de estos terrenos se remontan a la década de los veinte. Entre 1924 y 1928 se instalan en la periferia de la ciudad, entonces ocupando terrenos rústicos, dos complejos militares, el Cuartel de Caballería Alfonso XIII y el Cuartel de Artillería Daoiz y Velarde. Ambos se localizan en enclaves próximos, en una franja delimitada por el trazado del ferrocarril Madrid-Cádiz y la carretera Sevilla-Cádiz, desde la cual se accedía a sendos conjuntos.

Con posterioridad se produce el desplazamiento del cauce del Guadaíra hacia el sur y aunque, como recintos cerrados no existiese una conexión funcional, definitivamente se produce una fractura entre ambas instalaciones que quedarán localizadas en dos sectores diferenciados.

Estos cuarteles son un ejemplo de arquitectura militar, en la que cabe destacar en primer lugar la racionalidad de su implantación y organización interna, con una estructura reticular que remite a la formación de la ciudad, en la que se establecen distintas gradaciones y cualificaciones del espacios público y las construcciones, en función de su localización dentro de la trama y su especialización funcional.

Curiosamente, en la actualidad decenas de cigüeñas se han hecho dueñas de los edificios, anidando en sus torres. Por el momento, y a la espera de que Fomento,Defensa y el Consistorio desbloqueen el uso de estos terrenos, nadie más podrá disfrutar de una de las joyas del patrimonio arquitectónico militar de Sevilla, que se cae a pedazos.

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