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Cultura

«Forestier impulsó con el Parque de María Luisa los jardines andaluces»

El catedrático Víctor Pérez Escolano dio ayer una ponencia en la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría.

el 03 jun 2014 / 23:59 h.

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El arquitecto Víctor Pérez Escolano, ayer durante la conferencia. / Carlos Hernández El arquitecto Víctor Pérez Escolano, ayer durante la conferencia. / Carlos Hernández

«Si alguien quiere comprender la arquitectura iberoamericana de comienzos del sigloXX puede hacer dos cosas: recorrer los países americanos o venir a Sevilla». Lo afirmó ayer el catedrático de Arquitectura de la Hispalense, Víctor Pérez Escolano, en el marco de la conferencia El Parque de María Luisa y la Exposición Iberoamericana que impartió en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. «Los mejores arquitectos de la época trabajaron aquí para preparar aquel fasto», opinó. En su alocución, pronto Jean-Claude Nicolas Forestier y Aníbal González coparon el protagonismo, artífices ambos de la gran transformación en el paisaje verde de la ciudad durante la Exposición del 29.

«Las visiones de estos dos arquitectos convergieron en el Parque de María Luisa. Y ambos tuvieron que adaptarse a la tiranía del automóvil, que ya en aquel tiempo comenzaba a estar presente y cuyas necesidades determinaron la morfología del parque», explicó. También hubo errores, como en cualquier época. Lo fue la edificación del Hotel Cristina «que partió en dos el parque y rompió la conexión espacial entre el Paseo Colón y el Paseo de las Delicias». Otro sacrificio supuso perder los hoy olvidados Jardines de Eslava, que albergaron un teatro, y que se situaban «en el terreno que vino a ocupar el Hotel Alfonso XII» porque, a juicio de Pérez Escolano, «era muy de la mentalidad de entonces ocupar los espacios con edificios». Resistiendo al tiempo, el Paseo de las Delicias no ha perdido tanto su fisonomía. «Lo promovió el Duque de Montpensier como una manera de expandir la ciudad hacia el Sur y acogió en su interior el Huerto de Mariana, un lugar muy inspirador de usos colectivos que hoy es, parcialmente, la Plaza de América, y donde llegó a estar proyectada la creación de un parque de atracciones», explicó.

Finalmente, el catedrático, que acompañó su ponencia con la exposición de planos arquitectónicos de la época, abordó la integración de los Jardines de las Delicias, los de San Telmo y los que propiamente iban a pertenecer al de María Luisa. «Se hizo la labor de integrar numerosos elementos. Por ejemplo, dos de los elementos más característicos: el Monte Gurugú y el estanque de los patos habían sido diseñados por Montpensier, no por Forestier, quien se avino a renunciar a crear un parque totalmente nuevo y decidió asumir como parte de su proyecto estos elementos». El también creador de los célebres Jardines de Montjuic (en Barcelona) impulso con el Parque de María Luisa lo que se dieron en llamar «jardines andaluces», unos tipos de zonas verdes que pueden encontrarse en «Marruecos y Granada, pero también en la Costa Azul y en la Italiana».

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