Francia arrancó su clasificación para el Mundial de Sudáfrica en el último momento, gracias a un gol de William Gallas en la prórroga ante Irlanda (1-1), un tanto conseguido después de que Thierry Henry se llevara el balón con la mano de forma descarada. El último asiento del último tren tomaron los bleus para viajar al Mundial, una plaza que el equipo de Raymond Domenech no dio la sensación de merecer y que obtuvo gracias a un tanto logrado de rebote en la ida y a un gol ilegal después de que Robbie Keane (m. 32) igualase la eliminatoria.
Portugal sufrió menos de lo esperado en Zenica. Los de Carlos Queiroz, sin Cristiano Ronaldo, se impusieron a Bosnia gracias a un tanto de Raul Meirelles (m. 56). El 0-1, unido a la victoria en Portugal por el mismo tanteador, mete a los ibéricos en Sudáfrica. Tras una primera parte igualada, el gol dejó aturdidos a los balcánicos e inyectó de moral a los portugueses, que se vinieron arriba y comenzaron a jugar con decisión y garra, como no lo habían hecho hasta entonces. Los lusos movían el balón y llegaban con peligro a la meta contraria con la confianza de saber que sólo tres goles de su rival podría dejarles fuera del Mundial, algo que ni mucho menos pareció en ningún momento que podía producirse.Grecia fue la primera de las cuatro selecciones que se jugaban su clasificación en la repesca que selló el billete. Un solitario gol de Salpingidis, del Panathinaikos, a la media hora del primer tiempo le sirvió a Grecia para vencer en Ucrania y clasificarse para el segundo Mundial de su historia 16 años después. El final del partido trajo las lágrimas al capitan Schevcheko, que no pudo llevar a su combinado a su segundo Mundial, tras del de Alemania en 2006.
HIDDINK SE QUEDA SIN MUNDIAL. Quien no pudo mantener la ventaja de 2-1 que llevaba de la ida fue Rusia. Los de Guus Hiddink cayeron derrotados por 1-0 ante Eslovenia, que jugará su segundo Mundial después del de 2002. Eslovenia, que había perdido 2-1 en Moscú, se adelantó al filo del descanso con un remate de Dedic, aunque en los primeros 45 minutos Rusia tuvo más oportunidades. En la segunda parte, los rusos se lanzaron al ataque, pero una y otra vez se estrellaron en la poblada defensa eslovena. Muestras de su desesperación fueron las expulsiones de Kerzhakov y Zhirkov.
