Con el propósito de reducir el déficit -tarea en la que está centrada buena parte de los países europeos- Francia dio a conocer ayer su plan de ajuste que incluye, entre otras medidas, una subida de impuestos para los más ricos, que llega un día después de que las grandes empresas francesas expresaran su disposición a aportar más para reconducir la situación.
Mientras tanto, en España, y ante los cada vez más sonoros rumores de que el Gobierno rescatará mañana el Impuesto sobre el Patrimonio, la vicepresidenta Elena Salgado instó ayer a esperar al Consejo de Ministros para saber si las grandes fortunas pagarán más.
La economía del país vecino -la segunda mayor de la Zona Euro- crecerá este año un 1,75%, frente al 2% previsto, mientras que para 2012 espera el mismo avance del 1,75%, medio punto inferior, anunció el primer ministro, Francois Fillon, que detalló un paquete de medidas de ajuste por 12.000 millones hasta finales de 2012.
El primer ministro reconoció que la situación de la deuda está provocando una ralentización de las economías a nivel mundial, especialmente en Europa, y aseguró que "el nivel de tolerancia con la deuda se ha superado". Así, anunció que el Gobierno pretende reducir el déficit, hasta el 4,5% en 2012 y el 3% en 2013, frente al actual 5,7%, para lo que pretende conseguir un ahorro de 1.000 millones este año y otros 11.000 en 2012.
Se trata de "una política estricta para permitir a Francia continuar ejerciendo su soberanía en lo económico y en lo social", dijo.
Destaca la decisión de imponer una tasa "excepcional" del 3% dirigida a gravar a las rentas que superen los 500.000 euros anuales, una medida que podría reportar a las arcas públicas unos 200 millones anuales. No obstante, Fillon precisó que esta "contribución excepcional" dejará de aplicarse cuando el déficit baje al menos hasta el 3% del PIB.
Además, anunció un alza de los impuestos del tabaco, que se encarecerá un 6%, así como del alcohol y las bebidas azucaradas.
De vuelta a España, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró a la Cadena SER que la propuesta de limitar el déficit en la Constitución es una decisión "autónoma", a la que "no le ha obligado a nadie" y que dará tranquilidad a los inversores.
La ministra indicó que España no está obligada por Alemania y Francia a hacer algo así y recordó que Alemania ya lo hizo y que Francia e Italia también lo van a hacer. "Los grandes países de la UE debemos estar en la vanguardia de la estabilidad presupuestaria", destacó.
Salgado tildó la propuesta de "flexible y equilibrada", pues la idea es que la Constitución recoja que en situaciones de crecimiento económico normal (entre el 2% y el 3%), el déficit debe ser cero, con la posibilidad de incurrir en un pequeño déficit si se crece menos.
Sobre cuál será ese "pequeño déficit", Salgado recordó que existen algunas referencias como la alemana, que establece un déficit tope del 0,35% e indicó que el Gobierno negociará unos parámetros cercanos. Sobre la fecha de aplicación señaló que aunque la reforma se haga ahora, se fijará 2018 o 2020 como el momento en el que el déficit estructural deba ser limitado.
