Uno es juez. El otro, historiador del Arte. Uno tiene 56 años. El otro, 28. Uno nunca ha dado un pregón y añade: «Y no daré ni uno más en mi vida». El otro, ni se acuerda de cuántos ha pronunciado en este último año. Francisco Berjano, pregonero de la Semana Santa 2014, y su antecesor, el joven Francisco Javier Segura, tienen pocas cosas en común, aunque ambos han sido «pregoneros inesperados y poco ortodoxos», como bien esbozó en su presentación el periodista Francisco López de Paz, quien moderó el XXVI encuentro El pregón antes y después celebrado ayer en la sede del Club Antares. Pero se fue viendo a lo largo del acto que, al final, no son tan diferentes. Al menos en determinadas cuestiones como innovar el formato del pregón. Ambos comparten inquietudes de cambio, aunque no lo lleven a la práctica: «Yo también me planteé unos acordes, que sonara un poco de música o una marcha concreta en determinados momentos para que el mensaje llegue mejor al público. Pero finalmente yo también he renunciado y no lo haré el próximo domingo en el Maestranza», confesó Berjano suscribiendo las palabras y la intencionalidad de Segura al rememorar también sus planteamientos iniciales a la hora de alumbrar el texto el año pasado. «El Proemio del Museo de ayer [por el martes] con la intervención de la Banda Municipal es un buen ejemplo de cómo podría quedar», sentenció Segura, quien apuntó que «no fue tanto que no le dejaran hacerlo, sino que tras consultar a las personas que tenía alrededor, me plantearon si estaba verdaderamente seguro de ello». Tras lo que desistió del mismo modo que lo ha hecho finalmente Berjano, cuya voz sólo estará precedida por dos marchas: la clásica Amarguras y la que él mismo eligió, Virgen de la Paz. Tampoco hay intención por parte del Consejo a tenor de lo que va pulsando entre la gente. «No vemos que haya esa necesidad de cambio por parte de los cofrades. La masa cofrade no nos pide cambiar el actual formato. El pregón de Antonio Bandera en Málaga no es el que nos están pidiendo en Sevilla», respondió el presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, a la pregunta de un saetero de La Algaba presente entre el público que pidió la inclusión de este género en el anuncio de la Semana Mayor de Sevilla. Por otro lado, el fondo y la forma del pregón y que éste llegue a todos preocupa a partes iguales a este dúo de Franciscos. Mientras que el pregonero saliente se mostró satisfecho con su intervención, pues «a la gente algo se le quedó, sobre todo las pequeñas cosas y el ya famoso Effetá en sus distintas modalidades», el de este año optó por la prudencia y se remitió al domingo, aunque reconoció una máxima en pregones: «Me encantaría que le gustase a todo el mundo, pero estadísticamente es imposible». Para los dos, el entorno personal y cofrade, les ha influido «mucho» a la hora de parir una obra en la que, precisó Berjano, «ves pasar toda una vida». Sobre aspectos adyacentes al pregón, como el escenario actual y el difícil acceso de una entrada para el público en general, ambos comparten también una misma postura. Así, el joven pregonero del año pasado se mostró firme defensor de buscar una ubicación con mayor aforo al tiempo que lanzó la siguiente reflexión: «En el Pregón de la Semana Santa gusta tanto decir que el que va de público se distingue. Si tuviera doble aforo, podría ir cualquiera. Si se confrontan las dos cosas, es difícil que haya un cambio». A lo que Berjano completó con que «no tendría inconveniente en cambiar de escenario. Se ha hablado de Fibes... Lo que está claro es que el pregón lo hacen los sevillanos». La cuestión tuvo de inmediato la respuesta del presidente del Consejo. Bourrellier señaló que ya se ha calculado la demanda y que ésta es «entre 200 y 400 plazas más, no mucho más», por lo que indicó que «mover todo este tinglado a Fibes con 3.200 butacas y fletar autobuses, lejos de los templos y de los besamanos y besapiés de ese día... Se perdería el sabor que tiene hoy en día en el Paseo Colón». Es más, en su argumentación, vaticinó que «si todo el mundo tiene acceso al pregón, en dos años quedaría la mitad [por la demanda]». Pero Francisco Herrero, presidente de la Cámara de Comercio y componente también de la mesa redonda, propuso un nuevo enclave en la Cartuja: «También estaría el auditorio de la Sociedad General de Autores (SGAE), cuyo aforo se puede regular». Una opción que no disgusta al Consejo. «Es un tema que se está barajando y que en los próximos años veremos qué pasa. La Cartuja no está tan lejos como Fibes. No estamos parados», dijo Bourrellier. Como anécdota final, Berjano zanjó la polémica sobre la posible devolución de entradas el año pasado por parte de varias hermandades, entre las que se señaló a la Vera-Cruz, de la que además es hermano mayor. Aquí recordó las palabras de Segura en el acto de entrega de las pastas: «Tus pastas son verdes, las mías eran negras. El verde y el negro es el cordón de tu hermandad [por la Vera-Cruz], siendo tu y yo tan diferentes, al final llegamos a lo mismo que es la cruz». Una «esencia cristiana» que estará muy presente este domingo en el atril del Maestranza.
