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Francisco: "¿Entrenar al primer equipo? No. Vivo con tristeza lo de Manolo"

El histórico centrocampista inicia su nueva andadura en el club. Dice que se centra tan sólo en el Sevilla C y considera excesiva la exigencia a Jiménez.

el 17 feb 2010 / 22:37 h.

Francisco López Alfaro, ayer, en la ciudad deportiva.

Dos décadas han pasado desde que Francisco López Alfaro, uno de los mejores futbolistas de la historia del Sevilla, dijo adiós a la entidad. Natural de Osuna, se curtió en la cantera hasta 1980, cuando, con 18 años de edad, dio el salto al primer equipo. Durante nueve temporadas defendió su camiseta y fue uno de los artífices de su regreso a las competiciones europeas. Además, se erigió en el sevillista con más internacionalidades absolutas -hasta veinte, entre 1982 y 1986- y disputó la Eurocopa de Francia y el Mundial de México. Ahora, tras un largo exilio, el último gran maestro regresa a Nervión.

Socio de la entidad desde hace 25 años, Francisco se ha hecho cargo del Sevilla C, segundo filial, que milita en el Grupo X de Tercera División. El que fuera ídolo de la afición inició su carrera como entrenador en el año 2000 dirigiendo al Coria y ha pasado por el Jaén, Extremadura, Figueres, Numancia -su única experiencia en Primera-, Badalona, Ibiza y Atlético Baleares.

LA ILUSIÓN POR BANDERA. Para él, esta nueva andadura profesional que ahora comienza, dos décadas después de su marcha, representa todo un estímulo tanto a nivel profesional como personal. "Me hacía mucha ilusión regresar al club desde la perspectiva de entrenador. Ya había llevado el escudo en mi camiseta jugando con los veteranos, pero no como técnico. El martes por la tarde, sobre las siete, me llamaron comentándome que Diego no iba a seguir al frente del Sevilla Atlético, que Ramón Tejada se haría cargo de éste y que si me interesaba la posibilidad de dirigir al ‘C. Y yo, inmediatamente, dije que sí", explica Francisco, que ayer casi no dio abasto para atender la multitud de llamadas y mensajes de teléfono móvil de amigos y conocidos para felicitarle y darle la bienvenida. "Ha sido de locos, pero demostrándome mucho cariño", confiesa.

Según reconoce, su respuesta a la llamada del Sevilla estaba realmente clara para él. "La verdad es que ni me lo pensé. Me pasé por el estadio, donde estuve media hora, y no hubo nada que hablar. He pasado unos diez años fuera de Sevilla, salvo aquella etapa como entrenador del Coria; me he recorrido toda España y he estado muy a gusto en muchos sitios, pero también creo que es el momento de estabilizarme aquí después de tanto tiempo fuera", comenta al respecto.

EL PRIMER EQUIPO. Por diferentes razones, el regreso de Francisco invita a pensar que en un futuro no muy lejano se le podría ver al frente del primer equipo, ése donde se ganó la admiración de todos por su liderazgo y exquisitez jugando la pelota. Pero él lo tiene claro. "Hablé con Manolo (Jiménez) sobre este tema y le comenté la pura realidad: mis planes sólo pasan por tener la capacidad de enseñar a los chavales a tirar hacia arriba. Ésa es mi misión y para lo que estoy aquí. ¿Entrenar al primer equipo? Pues... sinceramente: no. Vivo con mucha tristeza lo de Manolo, la situación de una persona que ha sido compañera mía. Es muy injusta", explica el nuevo técnico del Sevilla C, perfecto conocedor de las exigencias de la afición por haberlas vivido en sus carnes.

"La exigencia actual es una cosa que no entiendo y que siempre comento con la gente cuando hablo sobre este asunto. Estamos vivos en tres competiciones: Liga, Liga de Campeones y Copa del Rey, hasta el punto de que en ésta última vamos a disputar la final. Yo, la verdad, no entiendo este mal rollo que hay actualmente. De todos modos, también quiero dejarlo claro para que todo el mundo lo sepa: hoy en día, mi entrenador es Manolo Jiménez, que es el entrenador de mi equipo, y hay que tenerle un respeto", comenta Francisco, muy claro a la hora de opinar sobre la presión que sufren actualmente el técnico de Arahal y su equipo.

Lo que suceda en el futuro está por ver, pero hasta entonces nadie puede dudar de que el regreso del ursaonense al Sevilla supone un aliciente para todos. Y muy especialmente para los chavales que se han puesto ya a sus órdenes, a las órdenes de un ex futbolista que, al igual que Jiménez en su día, hizo historia en el club y ahora pasa a ser valorado por su labor al frente de un banquillo. Suerte, maestro.

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