Francisco Estepa tuvo ayer una primera toma de contacto con el consejo de administración del Real Betis Balompié. Fue en el Benito Villamarín, a mediodía, donde el abogado cordobés inició su periplo como administrador judicial de las acciones embargadas a Lopera, y que respresentan el 51% de la sociedad. Durante más de dos horas recibió un primer esbozo, grosso modo, de la situación de la entidad. Estepa, que sustituye a José Antonio Bosch, no tiene intención de desarrollar el mismo rol ejecutivo que su antecesor, ni tener tanto peso en la vida diaria del club. Al menos esa es la impresión que tienen en el consejo del Betis tras la presentación de ayer, porque Estepa tampoco les expuso abiertamente sus intenciones.
Como ha explicado el presidente Miguel Guillén en varias ocasiones, el consejo puso a disposición del nuevo administrador sus cargos. Tampoco hay más novedad en este asunto, porque lógicamente Estepa tiene por delante la compleja tarea de ponerse al día de todo lo que ha ido aconteciendo en el Betis en los últimos años, y especialmente en la etapa de José Antonio Bosch, que ha estado casi cuatro años como hombre fuerte de la entidad.
No es un hombre de fútbol, como no lo era Bosch, ni siquiera muy aficionado a este deporte, ni conoce la idiosincrasia de un club y mucho menos de una entidad de la dimensión del Betis, con todas las complejidades además que ello representa. Sí estaba al corriente de algunos aspectos previos y se mostró más preocupado por la situación deportiva que por la económica.
Estepa está al corriente de que el club va cumpliendo con los pagos previstos en el convenio con los acreedores, que la situación es estable en lo económico y no puso ninguna objeción a la necesidad que tiene el equipo de reforzarse en el mercado de invierno, como así se le comunicó, para intentar pelear por la permanencia. Son gastos que entiende se puede permitir el club porque dispone del dinero para ello sin poner en peligro las obligaciones que en ningún caso puede dejar de atender. Por tanto, fue una primera toma de contactos que no deparó ningún sobresalto, en el que Estepa apareció con un perfil absolutamente técnico. A juicio de las conversaciones mantenidas, Estepa no tendrá nada que ver con Bosch, y aunque no es descartable que tenga una presencia más continua en alguna parcela, no será una persona con la trascendencia diaria y pública que ha tenido José Antonio Bosch Valero.
Consciente, eso sí, del interés mediático que suscita su llegada, el abogado cordobés decidía ayer comparecer ante los medios de comunicación mañana jueves para aclarar todas las cuestiones relativas al trabajo que va a desempeñar en el Betis, así como sobre su experiencia profesional. Estepa Domínguez es uno de los cinco administradores concursales de la empresa farmacéutica cordobesa Laboratorios Pérez Giménez, una de las más importantes de España, junto a Jorge Castro, economista y marido de la jueza Mercedes Alaya, Javier Bernabéu, Julio del Valle y Francisco Amorós. El juez de Posadas, Álvaro Carbonell, los imputó a raíz de la demanda del administrador único, Sergio Martínez, que fue apartado entonces de la gestión a favor de los concursales por el juez 1 de lo Mercantil de Córdoba.
El jueves, en principio, Francisco Estepa comparecerá ante la prensa justo después de que lo haga Gabriel Humberto Calderón, en la previa del trascendental compromiso del viernes en Balaídos ante el Celta de Vigo. Es la compleja vida del Betis, entre la administración judicial y los vaivenes del balón.
