Cultura

Francisco Velasco, con un pie en Sevilla

Ha visitado muchas veces los escenarios de la capital hispalense, aunque siempre disimulada su presencia tras un cuerpo de baile. Esta noche, Francisco Velasco (Sevilla, 1973) pasará a la primera fila para actuar como invitado especial en el concierto extraordinario del Corpus.

el 16 sep 2009 / 04:03 h.

Ha visitado muchas veces los escenarios de la capital hispalense, aunque siempre disimulada su presencia tras un cuerpo de baile. Esta noche, Francisco Velasco (Sevilla, 1973) pasará a la primera fila para actuar como invitado especial en el concierto extraordinario del Corpus. La cita, junto con la Banda Sinfónica Municipal, será a las 21.00 horas en la Plaza de San Francisco.

Para ponernos en antecedentes, Francisco Velasco -19 años como profesional en el Ballet Nacional de España y siete de ellos como primer bailarín- era un niño de Rochelambert que hacía sudokus con su agenda diaria para compaginar sus estudios -"me empeñé en terminar el Bachillerato"- con sus clases en la escuela de Matilde Coral y el estudio de Historia de la danza, música y "otras asignaturas complementarias del baile" en el Conservatorio Superior de Sevilla.

Su currículum tendría valor, tan sólo, por los maestros que se le han cruzado en su carrera y, con el recuerdo de todos ellos se presenta esta noche en la capital hispalense, donde actuará en un espectáculo al aire libre sobre la fachada plateresca del Ayuntamiento, en la plaza de San Francisco. "Mi vida profesinal tiene tres pilares: Matilde Coral, el maestro Granero y José Antonio. Soy un producto artístico de ellos tres: Matilde es la escuela, José Antonio, la oportunidad de dar el salto a madrid y despuntar en el Ballet Nacional y Granero, el que me maduró como artista", reflexionaba ayer delante del escenario sobre el que bailará esta noche la Farruca del Molinero de El sombrero de tres picos y La vida breve de Falla.

Y es que su carrera ha estado eminentemente centrada en el clásico español; un género en decadencia que Velasco, con 36 años y 30 dedicados al baile, pretende rescatar con la creación de su propia compañía, a la que dio en salto en 2007, dos años después de que se cumpliera su último contrato en el Ballet Nacional. "Sentí que era el momento de enfrentar otros desafíos, tenía unas necesidades creativas que no podía desarrollar en el Ballet", explica el artista, que quiere matizar que la compañía pública nunca fue para él "una atadura". "Todo lo que sé se lo debo al Ballet, sólo que he estado siempre acostumbrado a que me dirijan y ahora quería dar yo mi visión del baile".

Su primera propuesta, en este sentido, fue todo un homenaje a Sevilla -"una ciudad de la que me fui joven, pero que nunca he abandonado"-: la recuperación de la coreografía de su maestro José Antonio Flamenco/Cachorro, creada ésta última con la colaboración de Salvador Távora. "Era una necesidad interior mía, un hándicap personal que tenía que superar", recuerda Velasco, que, entre los puntales que sostienen su nueva compañía, se encuentra la recuperación de piezas clave del repertorio de danza española. "Esta obra, además, tiene muy pocas representaciones. Era casi una deuda pendiente". Así, con el beneplácito del propio José Antonio y la costosa recuperación de la coreografía, escenografía y vestuario originales, Francisco Velasco puso en gira un espectáculo que aún no ha visitado Sevilla. "Sería mi sueño hacer la leyenda del Cachorro en casa. Bueno, pero espero que se cumpla, ¿eh?", avisa el bailarín.

La entrevista con Francisco Velasco se produce después de terminar su ensayo en uno de los locales de Matilde Coral: "La maestra es la maestra", bromea, al tiempo que la alusión a la gran bailaora sevillana le sirve para reflexionar sobre los grandes maestros. "Hemos pasado unos últimos años trágicos. Se fue el maestro Granero, se han ido Mario Maya, Pilar López, Mariemma, Luisillo... y nos estamos quedando sin referentes", lamenta. "Eso da mucho que pensar -añade-. Todos ellos han sido grandes artistas, pero también grandes maestros. Ahora no sucede igual, se está perdiendo el magisterio. Cuando pasen cuarenta años, ¿qué le habremos dejado a las nuevas generaciones?"... y deja Velasco una pregunta en el aire, mientras él se empeña en compaginar su espíritu creativo con el rescate de los grandes.

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