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“Fue como una película de gánsteres”

Los vecinos relatan que varos coches llegaron y sus ocupantes se liaron a dar tiros.

el 21 ago 2013 / 23:26 h.

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Los vecinos del conjunto Orfebre Cayetano González, conocido como Los Amarillos, en el pleno corazón de las Tres Mil Viviendas, estaban conmocionados y a la vez indignados por lo sucedido el martes por la noche, rozando la medianoche, cuando en un tiroteo murió una pequeña de siete años. Los que vieron el suceso relataron que fue “como una película de gánsteres: varios coches llegaron y sus ocupantes se liaron a dar tiros contra la vivienda de la familia de la pequeña fallecida”. Los que sólo escucharon el tiroteo creyeron en un principio que se trataba de petardos, “pero al ver correr a la gente, me di cuenta de que era algo más grave y me refugié en casa de una amiga”, relató ayer una joven que en la noche del martes se encontraba cerca del lugar del suceso. En los comerciales que hay junto al piso atacado muchos vecinos decían no haberse enterado de nada de lo sucedido o claramente se negaban a hablar de la refriega. Otros, sin embargo, denunciaron las carencias que padece la barriada: “Esta plaza cada vez está más degradada y hay más problemas. Aquí vivimos muchas personas honradas y trabajadoras que queremos que se dé una solución a esta situación”. Muchos de los concentrados reclamaron una comisaría de la Policía Nacional, para mejorar la seguridad en la zona, “porque hay veces nos da hasta miedo regañar a algún niño que ha hecho algo mal, ya que rápidamente viene su padre y se encara contigo”. A este problema de falta de seguridad se une que hay muchos vecinos que lo están pasando muy mal, pasando hambre incluso, por lo que también pidieron que sería conveniente que se abriese un comedor social. Estas personas señalaron que con estas dos medidas la situación de falta de seguridad que sufre las Tres Mil Viviendas podría mejorar. Además, aprovecharon para dar un tirón de orejas al actual Defensor del Pueblo Andaluz y antiguo Comisionado del Polígono Sur, Jesús Maeztu, porque, a su entender, ha hecho poco por la barriada. Al margen de estas críticas, algunos con hasta lágrimas en los ojos no podían entender cómo ha podido ocurrir un suceso así en el que haya fallecido una niña y sus padres hayan resultado heridos. “Son unas personas queridas y con familiares por toda la barrida. Los padres se dedican a la venta ambulante de ropa en el mercadillo y tienen un quiosco en su casa de chuches y desavío. Son unas personas normales”, remarcaron ayer los vecinos que les conocían. Un grupo de pequeños que revoloteaba por la zona relataron que la niña fallecida acababa de cumplir los siete años y que el martes mismo había celebrado su cumpleaños. La chiquilla, según sus compañeros de juego, era conocida por el nombre de Meñi, aunque se llamaba Encarnación S.S., y acudía al colegio Fray Bartolomé de las Casas. La familia agredida, aunque era del barrio, llevaba relativamente poco tiempo viviendo en el piso tiroteado con sus tres hijos.

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