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Fuegos fatuos

Cuando Bartolo se quiso operar la nariz para que su hijo no sacara el mismo pico de loro que él mismo exhibe, abrió un camino y marcó una escuela que han seguido a partir de entonces miles de personas en España para mejorar la presencia física mediante operaciones estéticas.

el 15 sep 2009 / 06:07 h.

Cuando Bartolo se quiso operar la nariz para que su hijo no sacara el mismo pico de loro que él mismo exhibe, abrió un camino y marcó una escuela que han seguido a partir de entonces miles de personas en España para mejorar la presencia física mediante operaciones estéticas. Lo que empezó con un quíteme allí ese tabique, es decir operaciones de nariz, del todo estéticas, excusadas como operaciones de respiración -como ahora se hacen abortos escudados en daños psicológicos para la madre? ha ido evolucionando con los avances tecnológicos y las sobras de los chips que les quedaron a las empresas de alta tecnología en silicon valley, donde supongo que inventarían la silicona que todo lo puede.

Un culo, millones de culos; unas tetas, dos millones de tetas; unos pómulos, un millón de duquesas; y con los restos, tubos para tapar las humedades de las bañeras.

Esta moda de poner las hombreras y los wonderbra por debajo de la piel se aplicaba para salvar los efectos de los años, pero ha cambiado para evitar la llegada de los años, cosa que no podrán evitar los más de 40.000 jóvenes que se han sometido a operaciones estéticas, de los que ha informado este diario.

Si el desprendimiento del fósforo de los huesos y la descomposición de los cadáveres provoca los fuegos fatuos que tanto esplendor nocturno dan a los cementerios, me temo que los hornos crematorios puedan provocar graves explosiones cuando se mezclen fósforo, silicona y cadáveres en ignición. En lugar de fuegos fatuos, tendremos fuegos artificiales. Como la vida misma.

Consultor de comunicación

isidro@cuberos.com

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