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Fuerte réplica de 6,1 grados en la capital de la provincia de Sichuan

Una fuerte réplica de 6,1 grados en la escala de Ritcher sacudió hoy Chengdú, la capital de la provincia de Sichuan, en cuya remota localidad Wenchuan está el epicentro del terremoto del lunes, según informó hoy la agencia Xinhua.

el 15 sep 2009 / 04:42 h.

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Una fuerte réplica de 6,1 grados en la escala de Ritcher sacudió hoy Chengdú, la capital de la provincia de Sichuan, en cuya remota localidad Wenchuan está el epicentro del terremoto del lunes, según informó hoy la agencia Xinhua.

Está previsto que a media noche lleguen a Wenchuan los equipos de rescate, según el plazo dado por el primer ministro, Wen Jiabao. De momento, la lluvia y el frío complica la situación en la zona.

Unos 2.000 turistas, 15 de ellos británicos, no pudieron ser contactados por avería en la conexión telefónica en la provincia, pero un portavoz de la Oficina provincial de Asuntos Exteriores dijo a la agencia Xinhua que no se recibieron informaciones extranjeros afectados por el terremoto.

Sin embargo, el Centro de Investigación y Cría de Osos Panda, reserva natural a la que acuden numerosos turistas que viajan a China, y en la que viven 130 ejemplares en la zona afectada por el sismo, sigue fuera de contacto telefónico.

Por otra parte, las difíciles condiciones meteorológicas, con lluvias que se prevé que duren varios días, complican las tareas de rescate de miles de damnificados por el terremoto registrado el lunes en la zona montañosa de la provincia suroccidental china de Sichuan, hacia el Tíbet.

Cuatro helicópteros militares que intentaron la pasada madrugada aterrizar en Wenchuan se vieron obligados a regresar a Chengdú, la capital de la provincia.

En estado de choque y muy nerviosas por el mayor terremoto de las últimas tres décadas en China, familias enteras pasaron la noche al aire libre, a pesar de la lluvia y el frío.

Los blogs chinos cuentan hoy las historias personales más diversas, como el de quien se dirigía hacia el aeropuerto, hoy cerrado, para tomar un vuelo hacia Pekín.

"Sentí un movimiento brusco y creí que era un problema de mi automóvil", escribió Li Peng Chang, también comentarista de fútbol.

El primer ministro chino, Wen Jiabao, (geólogo de formación) pidió calma a la población mientras se dirigía hoy a Wenchuan en avión (las carreteras están bloqueadas por desprendimiento de rocas y corrimiento de tierras) para ponerse al frente de las tareas de rescate.

"Compatriotas chinos, ante este desastre tan severo, necesitamos calma, confianza, valor y organización eficiente", afirmó.

"Superaremos el desastre si la población y las fuerzas armadas trabajan juntos bajo el liderazgo del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) y del Gobierno", manifestó Wen.

Según dijo hoy a Efe, Wang Chun Hua, una mujer de 33 años originaria de Guang Yuan (Sichuan), a 400 kilómetros de Wenchuan, y cuya casa familiar perdió el tejado, "algunos querían volver a ver en qué condiciones se encontraban nuestras casas, pero no les dejaron".

"Mis padres dicen que la tierra sigue temblando, por eso hay que quedarse fuera, pero su preocupación es que se están mojando todos los cereales del granero", afirmó.

Los dos niños de Wang, de 9 y 13 años y que viven con los abuelos, se encuentran a salvo ya que un vecino se encargó de irlos a recoger a la escuela.

En la municipalidad de Chongqing, donde se registraron 50 muertos, Li Ying, de 22 años, dormía la siesta cuando fue despertada por la sacudida y al mirar por la ventana vio como la gente abandonaba rápidamente los edificios.

Al intentar llamar a sus familiares, encontró que las líneas telefónicas, así como el agua y la electricidad estaban cortadas por avería y entonces decidió bajar a la calle para reunirse con los vecinos.

Quienes más experimentaron el temblor fueron los ocupantes de los pisos más altos, algunos de los cuales en los rascacielos de Shanghai lo sintieron durante cinco minutos.

Tanto en Shanghai como en Pekín y otras capitales chinas muchos edificios de oficinas fueron evacuados cuando se sintió el temblor.

Hoy los empleados regresaron a sus puestos de trabajo superando los temores despertados por mensajes de móvil que anunciaron fuertes réplicas del sismo.

Una fuerte sensación de mareo e incluso vértigo, mientras los objetos como sillas, mesas y lámparas se movían, fueron los síntomas experimentados ayer por numerosas personas que se encontraban dentro de los edificios.

"El movimiento fue lateral y de ahí la sensación de pérdida de equilibrio y mareo", dijeron hoy expertos.

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