Cultura

Gamoneda publica las memorias de su niñez

"Las manos de mi madre eran grandes... y yo me acostumbré a sentir reunidos el olor a lejía y la ternura". Así describe Antonio Gamoneda algunos de sus recuerdos plasmados en Un armario lleno de sombra, el libro de memorias de la infancia del poeta, que comienzan con el estallido de la Guerra Civil.

el 16 sep 2009 / 02:56 h.

"Las manos de mi madre eran grandes... y yo me acostumbré a sentir reunidos el olor a lejía y la ternura". Así describe Antonio Gamoneda algunos de sus recuerdos plasmados en Un armario lleno de sombra, el libro de memorias de la infancia del poeta, que comienzan con el estallido de la Guerra Civil.

Un libro de "una intensidad absoluta y de una belleza deslumbrante", que es "un suceso literario de primera magnitud", en palabras del escritor leonés Luis Mateo Díez, que ayer acompañó al poeta y premio Cervantes en la presentación del libro, editado Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.

Un armario lleno de sombra, primer libro de narrativa del poeta, nació dos o tres años después de que hubiera muerto su madre, y tras un suceso cotidiano: el hecho de abrir el armario de la madre del escritor, que había permanecido cerrado y que contenía todas sus cosas. De esa sensación física que tuvo el poeta al meter, por primera vez, la cabeza dentro del armario -"sentí el olor de mi madre viva", escribe-; del olor a limpio o del perfume del jabón en la ropa, nace este libro, que sitúa a Gamoneda en otro tiempo, según él mismo explicó.

El resultado es este bello volumen, cargado de sinceridad y de belleza y crudeza a partes iguales, por donde pasa una España pobre, envilecida por el inicio de la guerra y de la posguerra, y que concluye un día antes de que el poeta asturleonés cumpla los 14 años, cuando entra como recadero y meritorio en el Banco Mercantil, hoy Banesto. Catorce años de vida del premio Cervantes resumidos a través de sensaciones, olores, experiencias y recuerdos y que contienen alusiones a poemas y términos que se repiten en la poesía de Gamoneda como nieve, sangre, lluvia, óxido y, por supuesto, la muerte.

Una sensación de muerte que pasa por las páginas del libro, la muerte de su padre, de su madre, de un caballo o de un burro, o con una descripción de cuando en los primeros días de mayo de 1945 Gamoneda viaja solo a Oviedo para recoger los restos de su padre, que iban a ser trasladados a una fosa común tras haber permanecido en una sepultura desde 1932.

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