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Garantizar el derecho para la igualdad real

La ausencia el pasado jueves de cuatro diputados socialistas en el Pleno del Parlamento de Andalucía, provocó que el PSOE, que goza de mayoría absoluta en la cámara, perdiera dos votaciones por las que se rechazaron los Presupuestos Generales del Estado. Dos de las diputadas socialistas ausentes se encuentran de baja por maternidad y otra por enfermedad...

el 15 sep 2009 / 16:36 h.

La ausencia el pasado jueves de cuatro diputados socialistas en el Pleno del Parlamento de Andalucía, provocó que el PSOE, que goza de mayoría absoluta en la cámara, perdiera dos votaciones por las que se rechazaron los Presupuestos Generales del Estado. Dos de las diputadas socialistas ausentes se encuentran de baja por maternidad y otra por enfermedad al tener que someterse a sesiones de quimioterapia, motivos que no admiten discusión.

Sin embargo, en un Parlamento paritario como el andaluz, las diputadas no están adscritas al régimen laboral ordinario, por lo que no tienen derecho a baja maternal ni a lactancia. Por ello, suena a paradoja que todos los partidos que conforman el arco parlamentario defiendan en sus programas electorales la conciliación de la vida familiar y laboral. No parece lógico que se siga manteniendo tal desigualdad por no acometer una regulación del voto no presencial tan evidente como necesaria, no sólo en Andalucía, sino en otras comunidades autónomas.

La Presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, ha pedido a los servicios jurídicos un informe sobre cómo abordar dicha regulación, teniendo en cuenta los obstáculos legales como la propia Constitución, que especifica que el voto de un Diputado es "indelegable". En la actualidad, el desarrollo de la tecnología permite sin dificultad que personas ausentes en la cámara puedan votar.

La reforma del reglamento de la Cámara y de la Ley Electoral es posible, aunque los partidos deben acometerla por consenso, siendo conscientes de que esta nueva vía sólo debe circunscribirse a casos regulados y de extrema necesidad. Es evidente que la ley electoral debe adaptarse a la paridad del Parlamento y recoger todas las posibilidades. La situación vivida por el PSOE le podría ocurrir a cualquier partido político en el Gobierno, por lo que el consenso resulta inexcusable para que la igualdad real se cumpla. Es una cuestión de sentido común.

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