Al escritor Fernando García Calderón le gustan los desafíos, y tras la buena acogida de su novela histórica La judía más hermosa, cambia de registro en La resonancia de un disparo, una obra de intriga psicológica en la que reflexiona sobre las relaciones de pareja y sus secretos. "Desde mis comienzos he huido del camino trillado. Es lo apasionante de la literatura. Te permite crear mundos y observar al ser humano en las múltiples facetas de su compleja esencia", afirma el autor.
Ingeniero de caminos de profesión, García Calderón (Sevilla, 1959) lleva años robándole tiempo al sueño para sacar adelante su verdadera vocación: la literatura. La resonancia de un disparo es su octavo libro de narrativa y, aunque lo publique ahora Algaida, la idea de la que parte surgió hace "unos veinte años". Pero "autocrítico" como es, el escritor comprendió en esa época que le faltaban "la técnica y la voz narrativa precisas para lograr el ritmo que la historia exigía" y, también, "el conocimiento del alma humana y de las relaciones de pareja" que le permitiera elaborar "una historia sencilla, particular, que abriese la puerta a reflexiones de mayor enjundia sin caer en el tópico".
En La resonancia de un disparo García Calderón realiza "una vivisección del matrimonio, de las relaciones de pareja y sus secretos". "Verdades como puños" y mentiras, "más ciertas si cabe que las anteriores", se entrecruzan en su nuevo libro, que "es la novela de un deseo. Un deseo platónico y, en momentos concretos del relato, carnal. Un deseo que llega a ser obsesión sin paliativos". Al escritor le gusta "vapulear los géneros", y La resonancia de un disparo no es una novela negra al uso, aunque en sus 190 páginas haya suspense y buenas dosis de intriga. La obra se articula en torno a dos matrimonios vinculados por viejas pero muy tensas amistades.
